Entrevista

Núria Parera, jefa de la Unidad de Ginecología de la Infancia y la Adolescencia de Dexeus Mujer

Siempre hablamos con las adolescentes de prevención
Por María Huidobro González 17 de noviembre de 2018
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La ginecóloga Núria Parera está acostumbrada a tratar con niñas y adolescentes. Es la jefa de la Unidad de Ginecología de la Infancia y la Adolescencia de Dexeus Mujer, en el Hospital Universitari Dexeus de Barcelona. Por eso sabe que, a no ser que sea por motivos como pubertad precoz o infección vaginal, las chicas con menos de 14 años no suelen ir al ginecólogo. Y sabe que, a veces, el temor a lo desconocido es la causa. Para desterrar miedos, la especialista cuenta en esta entrevista qué esperar de la primera consulta ginecológica de una niña.

¿Cómo es la primera visita de una chica al ginecólogo?

La primera revisión depende de la edad y el motivo de consulta. No suele requerir exploración. Lo que quieren es información. Para las jóvenes que aún no han tenido relaciones sexuales no debería ser traumático, porque solo miramos que las mamas no tengan bultos y que en la vulva sea todo normal. No tenemos que coger muestra alguna, ni hacer ninguna exploración intravaginal, que es lo que en general más miedo les da. Muchas veces solo miramos y nada más.

¿Cuál es el principal motivo de consulta?

Lo más frecuente es por problemas con la regla. El año pasado, de las consultas que tuvimos en nuestra unidad, el 40 % era por esa causa. Y de ellas, lo más habitual es porque se retrasa, les duele y les viene demasiado o poco, tanto en cantidad como en frecuencia. Algunas vienen pensando que lo que les pasa no es normal, y no es así. Los primeros años es bastante frecuente que las menstruaciones sean irregulares.

¿Qué miedos manifiestan las chicas ante su primera vez en el ginecólogo?

Tienen miedo por lo que les han explicado. Influye mucho lo que les han dicho sus madres en casa. Si les han contado que la exploración ginecológica es una cosa terrible, muy dolorosa y horrorosa, pues se asustan, claro. También pasa que tienen miedo por no saber lo que les van a hacer. Es más temor a lo desconocido, miedo a lo que va a ser, más que a lo que es en verdad. La vergüenza es otro tema. Hay personas que lo viven muy mal y que son aprensivas, que tienen un miedo terrible irracional a todos los temas médicos; pero es poco frecuente.

Si ya han mantenido relaciones sexuales, hay exploración ginecológica. ¿Cómo la afrontan?

“La exploración ginecológica no es dolorosa y apenas dura unos minutos”
Cuando nos entrevistamos con ellas les contamos lo que vamos a hacer para que sepan que en la mayoría de los casos no es una exploración dolorosa y que apenas dura unos minutos. A lo sumo puede ser algo desagradable o dar vergüenza por el hecho de enseñar partes íntimas a personas que no conoces. Pero lo normal es que tras la exploración la mayoría de las chicas nos confiesen que no ha sido para tanto. En esos miedos influye mucho el desconocimiento y lo que les hayan dicho sus madres.

¿Pueden ir solas?

Depende de la madurez. A los 14 años reservamos un tiempo para mantener una conversación con ellas a solas y a los 16 ya tienen la mayoría de edad sanitaria, por lo que siempre podrán acudir solas. Pero en ningún caso podemos revelar información sobre su sexualidad o que afecte a la intimidad de la persona. Y en los menores, siempre informaremos a sus padres en el caso de que haya que tomar decisiones médicas en temas que podrían afectar a otras personas y en problemas graves para la salud de la paciente.

A estas edades la mayoría tienen puesta la vacuna contra el virus del papiloma humano (VPH), pues está en el calendario vacunal para las chicas de 12 años. ¿Hablan de ella?

En cualquier consulta de adolescentes, vengan por el motivo que vengan, ya sea por una patología, por información o revisión, siempre hablamos de prevención. Y a partir de cierta edad, de prevención en enfermedades de transmisión sexual y anticoncepción. Así que cuando abrimos la historia clínica, les preguntamos si están vacunadas. Y si no lo están, les explicamos en qué consiste y les damos la información por si se quieren vacunar. Aquí los padres tienen un papel muy importante, porque ellos deciden si se pone o no y porque, además, es una vacuna carísima. Y en cuanto a las reacciones, es como cualquier otra vacuna, con sus casos excepcionales.

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