Tratamientos de reproducción asistida

La infertilidad es un problema que afecta por igual a hombres y mujeres
Por EROSKI Consumer 12 de marzo de 2002

El hombre es responsable del 40% de los casos de infertilidad, la mujer de otro 40% de casos y el resto se debe a causas mixtas en las que ambos miembros de la pareja son responsables

Causas diversas

Diversos problemas médicos en hombres y mujeres, retraso de la edad del primer embarazo o pequeñas disfunciones en el ciclo reproductivo impiden a muchas parejas concebir sus hijos de forma natural. Ante esta perspectiva hay un elevado número de personas que decide someterse a un tratamiento de reproducción asistida, es decir, llegar al embarazo a través de la ayuda de la medicina actual. Estos tratamientos han conseguido que el 90% de las parejas que elige alguno de ellos obtenga buenos resultados. Sin embargo, los ansiosos padres dejan por el camino importantes sumas de dinero y realizan un gran esfuerzo -sobre todo psicológico- que pone a prueba incluso la unión de la pareja. Y, aunque parezca mentira, se calcula que sólo en España 800.000 parejas sufren problemas de fertilidad.

Esterilidad e infertilidad no son lo mismo

Los conceptos que se manejan a la hora de determinar problemas de fertilidad o de esterilidad suelen confundirse. Se denomina esterilidad a la dificultad que tiene una pareja para conseguir un embarazo. Esta esterilidad se puede producir en una pareja que trata de tener su primer hijo (esterilidad primaria), pero también en parejas que, después de un primer embarazo, tienen dificultades para conseguir un segundo (esterilidad secundaria). En cualquier caso, la parejas deben darse un mínimo de tiempo antes de pensar en que tienen un problema.

La probabilidad de que una mujer joven quede embarazada es del 30% en el primer mes de mantener relaciones sexuales sin ningún tipo de anticonceptivo. La probabilidad se incrementa hasta el 63% en los primeros 6 meses y alcanza el 85% en el transcurso de un año. Es a partir de este momento cuando la pareja puede pensar que existe alguna disfunción que les impide el embarazo. En cuanto al segundo embarazo, los médicos aconsejan que la pareja lo intente, como mínimo dos años, y a partir de ese momento se puede plantear la existencia de algún problema de esterilidad.

La infertilidad, por su parte, es la disfunción que permite la fecundación, pero la gestación no llega a término. Del mismo modo, la infertilidad primaria se refiere a las parejas que intentan su primer embarazo y la secundaria hace referencia a quienes, después de una gestación y partos normales, tiene dificultades para la gestación de un segundo embarazo.

Cosas de pareja

Los problemas para concebir un niño deben entenderse como un problema de la pareja. Tradicionalmente la mujer ha tenido la “obligatoriedad” y el “mandato social” de ser madre como único medio de realizarse como persona, y ante cualquier problema para la concepción era ella la responsable. En caso de que nunca llegara a concebir hijos, la sociedad tradicional consideraba a la mujer como un ser incompleto. Sin embargo, la infertilidad es un problema que afecta por igual a hombres y mujeres.

Actualmente en el 40% de los casos de infertilidad el responsable es el hombre. El varón puede tener una producción insuficiente de esperma, o un esperma anormal, alteraciones en el ámbito testicular, obstrucción de conductos, patologías de la próstata, alteraciones en la eyaculación o erección.

Por su parte, otro 40% de los casos de infertilidad se debe a problemas en la mujer, como una menopausia precoz, endometriosis (enfermedad que afecta a los ovarios), obstrucciones o lesiones en las Trompas de Falopio, anomalías uterinas y cervicales o problemas ovulatorios.

Hay un 20% de casos de infertilidad que corresponden a causas mixtas en las que ambos miembros de la pareja son responsables.

Causas no médicas

Al margen de los problemas médicos que pueda tener uno o ambos miembros de la pareja, los cambios en los hábitos de vida han añadido ciertos problemas en la concepción de los hijos. El consumo de alcohol y tabaco, el abuso de drogas y medicamentos, la obesidad extrema, la anorexia, o el estrés pueden afectar de forma negativa a la hora de engendrar. También el retraso en el momento de buscar el primer embarazo.

Según los responsables del IVI (Instituto Valenciano de Infertilidad), la madurez física y psíquica de la mujer hace que la edad perfecta para tener hijos sea entre los 25 y los 30 años. Sin embargo el retraso en la búsqueda del primer embarazo hace que muchas mujeres se lo planteen cerca de los 35 años. Es a partir de esta edad cuando la fertilidad femenina comienza a descender. A partir de los 45 años la posibilidad de un embarazo natural es mucho más difícil. Otras causas mucho menos directas, pero que pueden incidir en la fertilidad masculina (ya que afectan a la calidad del esperma) son las que se derivan de la contaminación medioambiental, las sustancias y aditivos que contienen los alimentos, o los pesticidas que se utilizan en la agricultura.

Soluciones

Las soluciones a los problemas de infertilidad o esterilidad han provocado que en el 90% de los casos tratados se consiga un embarazo correcto. Se ha disminuido considerablemente el riesgo de embarazos múltiples e incluso se ha conseguido la selección genética para evitar enfermedades hereditarias.

Estos resultados se han conseguido en España a través de los Tratamientos de Reproducción Asistida:

Ciclos de coito programado:En este caso la pareja se somete a un calendario que incide en los ciclos de ovulación de la mujer.

Inseminación Artificial:Consiste en depositar en el útero de la mujer el semen del marido o del donante anónimo, previamente preparado en el laboratorio. De este modo, la fecundación es natural y se produce dentro del organismo de la mujer.

Fecundación in vitro (FIV):Esta técnica acoge bajo su denominación una serie mayor de procedimientos cuyo denominador común es que la fecundación se realiza fuera del útero femenino. A la mujer se le implanta el fruto de esta fecundación después de su manipulación en un laboratorio.

La FIV puede ser una técnica convencional cuando los doctores extraen un ovocito de la mujer y es fecundado por el esperma en un laboratorio. Posteriormente se deposita en el útero femenino. También es FIV la que se produce a través de la donación de ovocitos. Las pacientes cuyos ovocitos no tienen la calidad suficiente para originar la gestación pueden acceder a los ovocitos donados por otras mujeres jóvenes y sanas. De este modo la fecundación se realiza con un ovocito donado por una donante anónima que se fecunda con el semen del futuro padre. La fecundación se controla también en laboratorio y posteriormente se transfiere al útero femenino. Un ovocito es la célula germinal femenina, es decir el elemento que, una vez fecundado, provoca el embarazo. Los ovocitos se encuentran en los ovarios y cada mujer dispone de una reserva limitada de ovocitos para toda su vida, aunque se trata de una gran cantidad, que puede alcanzar los dos millones de ovocitos. Una mujer en toda su vida sólo utilizará entre 400 y 500. En cada ciclo, una serie de ovocitos se desarrollan y al final del ciclo sólo uno de ellos madura lo suficiente como para ser fecundado, mientras que el resto se seca.

En los procedimientos de estimulación ovárica, lo que la medicina trata es de provocar que todos los ovocitos lleguen a su maduración para contar con más probabilidades de embarazo.

Una nueva técnica en FIV es la microinyección espermática (ICSI). Este método consiste en introducir un único espermatozoide seleccionado dentro del óvulo. Esta técnica está pensada para hombres cuyo esperma es de baja calidad o baja cantidad.

Gracias a la FIV también se pueden evitar bebés con enfermedades genéricas (hemofilia, distrofia muscular…). Esto se consigue con el Diagnóstico preimplantatorio que permite, una vez realizada la fecundación y analizado, implantar en el útero de la mujer sólo los embriones sanos.

Coste de los tratamientos

La Sanidad Pública española cubre los gastos que se generen por los tratamientos de reproducción asistida en la población española. Sin embargo, las amplias listas de espera empujan a muchas parejas elegir la opción de la medicina privada. En general, las clínicas o grupos médicos consultados sobre el coste de los tratamientos se muestran bastante reacios a ofrecer información detallada sobre este precio. Y, sin embargo, no es una cuestión baladí. Las cifras que se manejan en España para la consecución de un embarazo oscilan entre 360 euros y las 3.000 euros. Pero el precio se incrementa siempre que se amplíe la frecuencia de la aplicación o la modificación de la técnica.

¿En cuánto tiempo llega el ansiado embarazo?

Esta es la respuesta que se hacen las parejas cuando acuden a someterse a un tratamiento de reproducción asistida. Si bien es cierto que en el 90% de los casos se puede conseguir un embarazo, el tiempo para lograrlo está en función del diagnóstico y de la técnica que se utilice, por lo que no hay un plazo predeterminado. En la mayor parte de los casos se intenta varias veces con cada una de las técnicas escogidas. Cuando una de ellas falla en varios intentos, se desestima y se utiliza otra, de tal manera que no se deje ninguna posibilidad sin utilizar.

Efectos secundarios

La imposibilidad de tener un hijo por medios naturales provoca efectos colaterales, que algunas parejas no consiguen asimilar. Por eso es importante la ayuda psicológica. Los tratamientos de reproducción asistida suelen ser de larga duración y conllevan un cambio en los hábitos de vida de la pareja. Se producen tiempos de espera, de intervenciones médicas que producen, en muchos casos, estrés. Las sensaciones que agobian a las parejas que se someten a tratamientos de fertilidad van desde la sensación de fracaso, hasta unas ansias exageradas de embarazo que provocan falsas expectativas, enojos y frustaciones cuando no hay resultados en las primeras intervenciones. De ahí que en muchos centros de reproducción asistida se complemente el tratamiento con la asistencia a sesiones con el psicólogo.

Otro efecto de estos tratamientos es en algunas mujeres, aunque no son casos generalizados, una importante retención de líquidos que produce una hinchazón. Según la doctora Amparo Ruiz, del IVI, en la mayor parte de los tratamientos de inseminación artificial y reproducción in vitro se somete a la paciente a una estimulación ovárica. Si la respuesta es exagerada, efectivamente se puede producir este tipo de retención. También algunas pruebas médicas, necesarias para elaborar un diagnóstico, pueden provocar molestias en las pacientes, comparables a dolores menstruales.

Embarazos múltiples

El resultado de los tratamientos de reproducción asistida por fecundación in vitro conlleva el temor de los padres a concebir más de un bebé. No obstante, hoy se consiguen embarazos simples de forma mayoritaria. Según el IVI, el 83% de los embarazos que se consiguen mediante reproducción asistida en España no son múltiples. En el 14% de los casos nacieron dos niños y sólo en el 1% de los embarazos nacieron trillizos. Esto se debe a que en España no se implantan, por norma, más de tres embriones. Estas cifras contrastan con otros países de nuestro entorno, donde el control es mucho menor. Así, en el Reino Unido el 50% de los embarazos por fecundación in vitro fueron múltiples y en Estados Unidos el 32% de los embarazos producidos por FIV obtuvieron gemelos y el 7% trillizos.

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