Un experimento acometido con monos por investigadores de EE.UU. e India demuestra que es posible diseñar una vacuna anticonceptiva de efectos temporales para su futura aplicación en varones. La estrategia de estos científicos se enmarca en un área experimental que está en fase de investigación desde hace años. Se conoce con el nombre de inmunoanticoncepción y aspira a convertirse en una alternativa a los métodos habituales que alteran los niveles hormononales, como la popular píldora anticonceptiva. El objetivo de esta nueva vía es inducir anticuerpos específicos contra hormonas femeninas o antígenos del esperma, que interfieran en el proceso de fecundación de los óvulos por los espermatozoides.
Hasta ahora, las potenciales vacunas anticonceptivas se habían diseñado con la vista puesta en su administración a mujeres. En el artículo publicado ayer en la revista «Science», investigadores del Instituto de Ciencia de Bangalore (India), así como de las universidades estadounidenses de Carolina del Norte y de California, explican que con la administración de una proteína existente en los testículos se indujo una respuesta inmune en monos machos que temporalmente les convirtió en infértiles.
«Este método inmunoanticonceptivo podría extenderse a seres humanos», precisa el profesor Michael O’Rand, autor principal del trabajo. La proteína utilizada como vacuna es específica de los tejidos de los testículos y recibe el nombre de «Eppin».
Para comprobar sus efectos inmunitarios se administró diluida en una solución a nueve monos. Siete de ellos desarrollaron una fuerte respuesta inmunitaria. Produjeron una significativa cantidad de anticuerpos específicos de la proteína «Eppin» y comenzaron a ser incapaces de procrear. Cinco recuperaron su capacidad de fecundación cuando cesó la administración de la proteína, meses después del inicio del experimento.