Un equipo de investigadores del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) ha identificado dos proteínas, denominadas DOCK2 y PI3K, que son «imprescindibles» para la defensa del organismo y que podrían aplicarse al tratamiento de enfermedades como la esclerosis múltiple o la diabetes.
Se trata de unas proteínas presentes en los linfocitos que son básicas para que estos glóbulos blancos migren y realicen su función protectora. El trabajo, que aparece hoy publicado en la revista científica «Immunity», ha sido dirigido por el científico Jens Stein, del Centro Nacional de Biotecnología, organismo dependiente del Consejo.
Los expertos del CSIC aseguran que los nuevos datos sobre los mecanismos de migración linfocitaria aportados por este estudio pueden resultar claves en el tratamiento de enfermedades autoinmunes como la esclerosis múltiple o la diabetes, así como para evitar el rechazo en los trasplantes de órganos.
Estos especialistas realizaron experimentos con ratones deficientes de DOCK2, por un lado, y de PI3K, por otro. Así, descubrieron que, aún con menos eficiencia, los linfocitos continuaban migrando. A continuación, cruzaron ambas clases de ratones y descubrieron que los linfocitos T -los glóbulos blancos que actúan en cualquier tipo de infección- dejaban de migrar.
Las proteínas DOCK2 y PI3K funcionan como reguladores de las señales que emiten las quimioquinas, la familia de proteínas que se encarga de reclutar y guiar a los linfocitos en su recorrido. Para combatir a los patógenos, es necesario que estos glóbulos blancos especializados en la lucha contra virus migren hacia los lugares adecuados.
Respuesta migratoria
Los receptores de quimioquina traducen la señal que les llega de las dos proteínas y la convierten en respuesta migratoria para que comience el recorrido linfocitario. Según los expertos, los linfocitos van desde la sangre a los ganglios o al bazo, y luego regresan desde éstos a la sangre a través de los vasos linfáticos. En un solo día, un linfocito completa una vuelta completa a este circuito.
Si los receptores de quimioquina dejan de recibir la señal de estas dos proteínas caracterizadas por los investigadores del CSIC, los glóbulos blancos dejan de tener la guía de viaje que las quimioquinas normalmente les ofrecen y, por lo tanto, dejan de realizar su función defensiva.
Conocer los mecanismos de migración de los linfocitos abre la posibilidad de actuar sobre cualquier infección, especialmente las que desarrolla el organismo contra sí mismo al percibir el tejido propio como extraño: las enfermedades autoinmunes.
Por ello, los científicos del Consejo creen que este hallazgo puede ayudar a actuar de modo muy concreto sobre la circulación de linfocitos T en este tipo de infecciones, con lo que se evitarían los tratamientos en bloque sobre el sistema inmune que se realizan en la actualidad, a través de fármacos como los corticoides.