Crece un 70% el número de niños y niñas de países pobres que tienen acceso a fármacos contra el sida

En 2006, más de 350.000 embarazadas de estas naciones recibieron tratamiento para evitar la transmisión del VIH a sus hijos
Por EROSKI Consumer 4 de abril de 2008

Los niños son las víctimas más vulnerables de la pandemia de sida. La mayoría de estos pequeños vive en África oriental y del sur, donde las tasas de infección por VIH son alarmantemente altas. El segundo informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y Unicef sobre infancia y sida destaca que sin un apoyo firme y decidido por parte de instituciones, gobiernos y donantes, los niños continuarán siendo «la cara oculta» de la enfermedad.

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Imagen: UNICEF

El estudio constata que cada vez más niños y niñas tienen acceso a tratamientos pediátricos contra el VIH. Aún así, la cifra total de menores infectados por el cruel virus que reciben una terapia adecuada a su nivel de desarrollo físico «es insuficiente».

Unicef reconoce que dos años después del lanzamiento de la campaña «Unidos por la Infancia, Unidos contra el sida», se han conseguido importantes logros en la prevención de la transmisión del virus de madres a hijos y en la provisión de tratamientos pediátricos. También se han realizado progresos en la prevención del contagio entre los jóvenes y en la protección de la infancia afectada por la expansión de la pandemia. Sin embargo, advierte de que «aún queda un largo camino por recorrer antes de que se cumpla la promesa de una generación libre de sida».

Más de 127.000 niños y niñas infectados se beneficiaron de tratamientos antirretrovirales en 2006

«Los niños, las niñas y los jóvenes de hoy en día no han conocido nunca un mundo sin sida», afirma la directora ejecutiva de Unicef, Ann M. Veneman. «Miles pierden sus vidas todos los años debido a la enfermedad, y millones han perdido a sus progenitores y a sus cuidadores. Los niños deben ser la prioridad en el temario mundial contra el sida».

Avances

El informe indica que en 2006, 351.034 mujeres embarazadas de países de ingresos medios y bajos recibieron tratamiento para evitar la transmisión del VIH a sus hijos. Esto supone un incremento del 60% respecto a 2005. Además, 127.300 niños y niñas infectados se beneficiaron de tratamientos antirretrovirales, un 70% más que en 2005.

Desde 2000-2001, la prevalencia del VIH entre embarazadas de entre 15 y 24 años que acuden a clínicas neonatales ha disminuido en 11 de los 15 países de los que se disponen de datos. Esto incluye a ocho de África oriental y del sur, la región del mundo con una mayor prevalencia del virus entre jóvenes y adultos.

«Se han logrado avances importantes a la hora de definir las necesidades de tratamiento de los niños y en la prevención de la transmisión del VIH de madre a hijo», comenta el director ejecutivo de ONUSIDA, Peter Piot. «Sin embargo -precisa-, si queremos lograr un cambio importante en la dirección de la epidemia, todavía queda mucho por hacer para evitar la propagación del VIH entre los jóvenes y los adolescentes».

De los menores de 15 años que vivían con el virus del sida en 2007, más de 2,1 millones se infectaron antes de su nacimiento, durante el parto o la lactancia. El año pasado, los jóvenes de 15 a 24 años aún representaban el 40% de las infecciones entre todas las personas mayores de 15 años.

De los menores de 15 años que vivían con el virus del sida en 2007, más de 2,1 millones se infectaron antes de su nacimiento, durante el parto o la lactancia

«Avanzamos pero aún quedan cosas por conseguir», reconoce Kevin DeCock, director de la División de sida de la OMS. «Es fundamental -dice este experto- que proporcionemos tratamiento antirretroviral a las mujeres que lo necesitan para mantenerse sanas, algo que nos permitirá salvar sus vidas y asegurar el futuro de sus hijos. Para lograrlo, es preciso fortalecer los sistemas de salud y su elemento más valioso: los trabajadores de la salud».

Retos

La ONG destaca también que se han ampliado los esfuerzos para apoyar, cuidar y proteger a los pequeños afectados de sida. Añade que las diferencias de acceso a la escuela entre los que se han quedado huérfanos a causa de la enfermedad y otros niños están reduciéndose, y el número de menores vulnerables con acceso a la educación y la protección social se está ampliando.

Entre los retos pendientes, Unicef destaca el fortalecimiento de las comunidades y las familias, algo «crucial» para cualquier enfoque orientado a la infancia. En este sentido, apunta que el apoyo de gobiernos, ONG y otros agentes «debe complementar y fortalecer los esfuerzos realizados por las familias y las comunidades, por ejemplo asegurando el acceso a los servicios básicos». Otro reto es reforzar los programas de salud materno-infantil para evitar que la población se vea privada de vacunas, mosquiteras y otras intervenciones de salud que contribuyen al objetivo global de una infancia libre del VIH.

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