Cuidar nuestra piel en los centros de bronceado

El 10 de Enero de 2.003 entró en vigor un decreto ley que regula ciertos aspectos de estos centros
Por EROSKI Consumer 28 de enero de 2003

Los aparatos utilizados en estos centros emiten rayos ultravioleta (UV), que son los rayos que emite el Sol y que nos broncean cuando lo tomamos.

Al igual que tomar el Sol en exceso y sin utilizar las cremas de protección indicadas puede producir distintas enfermedades, el recibir radiaciones de estas máquinas durante más tiempo del recomendado, sin tomar las medidas oportunas, también puede producirlas.

En este sentido y dado que el usuario a veces no es consciente de estos peligros, el 10 de Enero de 2.003 entró en vigor un decreto ley que regula ciertos aspectos de los centros de bronceado. A día de hoy sin embargo, son muchos los centros que no cumplen aún todos los requisitos que en él se detallan, para lo que cuentan con un año desde su entrada en vigor.

La nueva legislación comentada dispone entre otras cosas que para abrir un negocio de bronceado, se está obligado a acreditar la formación necesaria recibida ante la Administración, a informar de los aparatos que se utilizan y su descripción técnica, así como los cumplimientos en cuanto a radiaciones máximas exigidas.

Además se estipula que se debe informar al usuario en un documento que este debe firmar como visto, de los siguientes aspectos relacionados con la salud:

Las radiaciones ultravioleta pueden afectar gravemente a la piel y a los ojos: exposiciones intensas y repetidas pueden provocar envejecimiento prematuro de la piel y aumentar el riesgo de cáncer.

–Es obligatorio usar gafas de protección en las sesiones para evitar lesiones oculares como inflamación de la córnea o cataratas.

Las radiaciones UV pueden ser especialmente peligrosas en usuarios de piel muy blanca o que se queman sin broncearse.

Las exposiciones de radiaciones UV quedan prohibidas a menores de 18 años y son desaconsejables en mujeres embarazadas.

–Deben tomarse las precauciones necesarias en épocas en las que se estén consumiendo medicamentos como antibióticos, somníferos, antidepresivos, o antisépticos pues aumentan la sensibilidad a los rayos UV, así como los cosméticos.

Las precauciones que se deben tomar a la vista de lo comentado son las siguientes:

Usar durante la exposición gafas de protección adecuada (las debe facilitar el centro).

Retirar los cosméticos antes de la sesión y no utilizar ningún filtro solar.

Abstenerse de recibir radiaciones cuando se esté tratando con medicamentos.

No exponerse al sol y al aparato el mismo día.

Entre sesión y sesión, al menos las dos primeras veces, deben pasar como mínimo 48 horas.

Consultar al médico si se desarrollan ampollas, enrojecimientos, etc.

Además de lo comentado, el profesional del establecimiento debe determinar el fototipo de piel que tenemos y prepararnos un programa adecuado, recomendando la duración máxima de las sesiones, el tiempo mínimo entre sesiones, etc.

También debe proporcionar al usuario un calendario / ficha personalizado en el que se hace un seguimiento de las sesiones que se van realizando, duración, etc. con el fin de llevar un control de ello.

Los materiales, camas solares, gafas de protección que se utilicen deben ser desinfectados después de cada sesión.

Sin embargo, lo más importante es que estos centros a partir del decreto van a tener que hacer un mantenimiento periódico de su maquinaria del que deben rendir cuentas, pues una máquina en mal estado (incluso una de sus bombillas) podría estar provocando una sobreexposición de nuestra piel que sería perjudicial.

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