Detectar un automóvil situado en el ángulo muerto al realizar un adelantamiento y poder detener la maniobra antes de la colisión, gracias a una alarma de alerta desde el mismo espejo retrovisor. Esto es lo que ha logrado un grupo de científicos de la Universidad de Granada. Los investigadores han desarrollado con éxito un novedoso sistema de visión por computador en los coches, capaz de avisar al conductor con suficiente antelación para evitar accidentes de tráfico a alta velocidad.
El proyecto, denominado «Ecovision», está auspiciado con fondos de la Unión Europea (UE), que ha destinado una partida de más de dos millones de euros a la iniciativa. En la investigación participan psicólogos, informáticos y físicos de cinco nacionalidades distintas, hasta 2005. La innovación está actualmente en simulación. El equipo investigador del departamento de Arquitectura y Tecnología de Computadores de la Universidad de Granada prevé completar plenamente el proyecto en noviembre de 2003.
Los expertos han detectado un gran número de siniestros de tráfico a causa de las maniobras de adelantamiento. Para solucionar el problema, el equipo de investigadores ha empleado microcámaras de alto rango dinámico, incorporadas a los espejos retrovisores. El sistema emite una alarma visual y sonora, capaz de alertar al conductor de la peligrosidad de la situación. El dispositivo es eficaz tanto en días claros, como con niebla o lluvia, al incorporar un novedoso circuito inspirado en el sistema de visión de la mosca.
Este tipo de simulación -bioinspirado, en el argot científico- permite reproducir con exactitud el modelo visual del insecto díptero, de enorme sencillez, pero capaz de ofrecer un campo de visión sensiblemente mayor al ojo humano. «El chip identifica los contrastes, los puntos que se acercan cada vez más, por eso es igual de efectivo tanto en días luminosos como en los muy grises», aduce Sonia Mota, investigadora del proyecto.
De forma paralela, los científicos indagan también en el sistema visual humano, situado en la zona cerebral del córtex. En principio, el modelo de la mosca servirá para inspirar el circuito definitivo, aunque el grupo de investigación quiere cerciorarse de que será suficiente para garantizar la seguridad del sistema. «Hemos conseguido codificar el movimiento en distintos colores», concluye Javier Díaz.
Eduardo Ros, físico, es el encargado de coordinar el proyecto europeo en España. Otros investigadores hacen lo propio desde Inglaterra, Bélgica, Italia, Escocia y Alemania.
Pese a la utilidad de la innovación en carretera, Ros destaca la dificultad de implementación del sistema: «parece algo muy sencillo, pero es tremendamente difícil. Eso sí, su desarrollo definitivo ayudará a reducir enormemente los accidentes de tráfico, al tiempo que aumentará la sensación de seguridad del conductor en sus espejos retrovisores».