Una investigación dirigida por el Human Nutrition Research Center de Boston (Estados Unidos) ha demostrado que el riesgo genético de la obesidad «está muy condicionado por el tipo de dieta». Sin embargo, la obesidad no sólo se produce a causa de la alimentación o por la susceptibilidad genética, sino que depende de una interacción muy estrecha entre ambos factores. Los resultados de este trabajo, que permitirá «avanzar» en las recomendaciones dietéticas, acaban de ser publicados en la revista «Archives of Internal Medicine».
Los científicos rompen así con la visión determinista de la obesidad asociada a la genética, ya que han identificado que hay una variación genética en el genoma de las personas que se asocia con mayor riesgo de obesidad, pero sólo cuando los individuos consumen una dieta alta en grasas saturadas.
Se trata del primer trabajo en el mundo que consigue ratificar los resultados de la modulación gen-dieta en tres estudios de poblaciones diferentes. En este descubrimiento han participado investigadores del departamento de Medicina preventiva de la Universidad de Valencia, liderados por Dolors Corella. El estudio acaba con el mito de que la obesidad va asociada sólo a factores genéticos, mientras que las conclusiones servirán para avanzar en recomendaciones dietéticas más personalizadas y exitosas, destacó la doctora.
La dieta alta en grasas saturadas «aumenta el riesgo de obesidad hasta un 80% en las personas con la mutación, en comparación con otras que también consumen dietas altas en grasas saturadas, pero que no tienen la mutación genética analizada», explicó Corella. Sin embargo, cuando la dieta es baja en grasas saturadas, esta variación genética no se asocia con mayor riesgo de obesidad, con lo que se pone de manifiesto «la importancia de la dieta para modificar el mayor riesgo conferido por una variación genética», subrayó.
El marcador genético de la obesidad se ha localizado en el promotor de un gen llamado APOA2, que se encuentra en el cromosoma número uno de los seres humanos. Mediante un sencillo análisis genético se puede conocer qué personas poseen la variante genética de riesgo. En este caso, el resultado del test genético para la presencia de la mutación sería CC, mientras que los portadores del alelo T, tendrían un resultado normal. La frecuencia de personas CC es de un 15% en población blanca de Estados Unidos y similar en Europa. La relevancia de esta investigación radica en que ha sido la primera vez que los resultados de una interacción gen-dieta se han reproducido en tres poblaciones independientes, por lo que «se ha incrementado su validez».