Dos estudios alertan sobre posibles consecuencias derivadas del consumo diario de aspirinas

Uno de ellos lo relaciona con el cáncer de páncreas en mujeres, mientras que el otro detecta síndrome de abstinencia tras el tratamiento
Por EROSKI Consumer 1 de noviembre de 2003

El fármaco más consumido del mundo también puede tener efectos adversos. Al menos así lo ponen de relieve dos estudios presentados en Estados Unidos. Uno vincula, en mujeres, su consumo diario a un aumento del riesgo de padecer cáncer de páncreas. Y otro establece paralelismos con un síndrome de abstinencia en pacientes que han tenido dolencias cardiacas y que se les ha prescrito diariamente aspirina, ya que al abandonar su consumo experimentan problemas.

El primer estudio ha sido realizado en la Facultad de Medicina de Harvard al analizar la salud de 88.378 pacientes femeninas. Un equipo de investigadores, dirigido por Eva Schernhammer, presentó en la Asociación de Investigación de Cáncer de EE.UU. unas conclusiones centradas en el hecho objetivo de que aquellas mujeres que tomaban dos o más aspirinas al día durante 20 o más años tenían un 58 por ciento más de riesgo de padecer cáncer de páncreas.

«Este hallazgo no significa que las mujeres ya no deban tomar aspirina. Todavía hay importantes beneficios», recalcó la directora de la investigación. «Inicialmente esperábamos que la aspirina protegiera contra el cáncer pancreático, especialmente desde que se documentó su papel preventivo en el colorrectal. Sin embargo, la relación debe examinarse con mayor detalle».

El equipo detectó en la población femenina sujeta a estudio que 161 mujeres desarrollaron cáncer de páncreas en un plazo de 18 años. El riesgo fue mayor -en un 86 por ciento- para las mujeres que tomaron 14 aspirinas semanales que las que no las ingirieron, mientras que creció un 41 por ciento para las que tomaron entre 6 y 13. En cambio, las mujeres que sólo tomaron dos a tres aspirinas por semana, vieron su riesgo elevarse un 11 por ciento. Todas ellas la tomaban como medida preventiva y para aliviar dolores.

Pese a que cada año se diagnostican en Europa 60.000 casos de cáncer de páncreas, las enfermedades cardiovasculares representan una mayor amenaza. Sin embargo, la suspensión de un tratamiento con aspirina puede comportar riesgo para pacientes con afecciones coronarias. Así lo expone un estudio del Hospital Universitario Pasteur de Niza (Francia) que fue presentado ante la Asamblea Científica del American College of Chest Physicians, al señalar que pacientes coronarios previamente estables experimentaron eventos como la angina inestable o infarto de miocardio, dentro de la semana siguiente a la suspensión del tratamiento con aspirina.

Los autores del nuevo trabajo, dirigido por Emile Ferrari, aseguran que «la terapia con aspirina no puede suspenderse radicalmente sin efectos, en ningún caso, pero muy especialmente en pacientes con historial de enfermedad coronaria». Los investigadores revisaron los casos de 1.236 pacientes hospitalizados por síndrome coronario, para determinar qué pacientes eran hospitalizados por suspensión del tratamiento. De aquellos hospitalizados, 51 experimentaron eventos coronarios agudos, incluidos la angina inestable, la trombosis y los ataques cardiacos, menos de una semana después de haber dejado la aspirina. Antes de la hospitalización, los pacientes estuvieron tomando aspirina durante al menos tres meses. Pese a que algunos de estos pacientes tenían ya historial de ataque cardiaco y angina estable, ninguno registró eventos coronarios inestables antes de la suspensión de la aspirina.

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