El 80% de las muertes por parada cardiaca podrían evitarse con el uso de desfibriladores

Diversas sociedades médicas demandan la incorporación de estos aparatos en lugares públicos
Por EROSKI Consumer 22 de junio de 2011

Cada 20 minutos se registra en España una parada cardiaca y seis de cada diez víctimas fallecen antes de llegar al hospital, en gran medida porque al 42% no se le practica maniobras de reanimación antes de que lo hagan los equipos médicos. Y ello a pesar de que se sabe que el 80% de estas muertes podría evitarse con un acceso rápido a un desfibrilador. Por este motivo, la campaña «Planta cara al infarto» demanda su incorporación en colegios, hoteles, teatros y restaurantes, incluso en la vivienda cuando hay riesgo de sufrir un infarto.

Esta campaña, desarrollada por el grupo de productos médicosanitarios Oxidoc, con el aval y patrocinio de las principales sociedades científicas españolas y estadounidenses, como la Sociedad Española de Cardiología y la American Heart Association, además de poner sobre la mesa la necesidad de garantizar un acceso rápido en caso de emergencia a estos aparatos a través de Áreas Cardioprotegidas, también pretende concienciar a la sociedad sobre la necesidad de llevar un estilo de vida cardiosaludable como principal herramienta de prevención contra la muerte súbita.

La mortalidad por enfermedades cardiovasculares es la primera causa de muerte en España, y, como recordó el director médico del Grupo Antena 3, el doctor Bartolomé Beltrán, «cada minuto que se retrasa en las maniobras de resucitación las posibilidades de sobrevivir disminuyen entre un 7% y un 10%». Sin embargo, «las posibilidades de supervivencia es de tres de cada cuatro casos al implantar un desfibrilador», añadió.

El presidente de la Fundación Española del Corazón, el doctor Leandro Plaza Celemín, recordó que es indispensable reducir el número de pacientes con problemas cardiovasculares. Para ello es preciso introducir en la población medidas de prevención desde los primeros años de vida a través de la educación de hábitos cardiosaludables y con especial hincapié en la alimentación. «Es un proceso continuo, constante y de verdadero esfuerzo personal», aseguró.

Cuando el daño ya está adquirido, Plaza Celemín recomendó la prevención ante una posible muerte súbita. En este caso, demandó mayores medidas de prevención secundarias, entre las que se incluye el uso de los desfibriladores. Ante esta situación, el presidente de la Fundación Española del Corazón señaló como responsables directos a las administraciones sanitarias que deben acercar a la población medidas que sirvan para evitar eventos cardiacos. «Lo que es evidente es que la diferencia de hacer la desfibrilación es que la persona se muere o no se muere, y esto no tiene valor económico», concluyó.

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