El maltrato infantil se da en todas las clases sociales y está más relacionado con la falta de unión familiar, según un estudio catalán

El tipo de lesiones que presentan los niños es clave para la detección de los malos tratos
Por EROSKI Consumer 3 de enero de 2005

El maltrato infantil ocurre en todas las clases sociales y está más relacionado con la falta de unión entre el núcleo familiar que con el nivel socioeconómico de la familia, aseguran las psicólogas Nuria Almirall y Roser Torné, profesionales de la Dirección General de Atención a la Infancia y Adolescencia de Cataluña, que han elaborado el informe «Maltratos físicos graves a bebés y menores de cuatro años», en el que analizan los principales indicadores de riesgo en el maltrato infantil.

Según Torné, «en el maltrato infantil no hay diferencias entre clases sociales y, aunque cueste imaginarlo, los padres de clase alta también pegan a sus hijos». En este sentido, la experta señala que existe una «percepción equivocada de la realidad» que asocia los casos de maltrato infantil a familias con escasos recursos y problemas estructurales. Para la psicóloga, esta imagen social se debe, en parte, a que «el sistema público es el que más casos detecta y está, en cierta manera, más dirigido a familias con pocos recursos».

La clase social no entraría, por tanto, dentro de los factores de riesgo que permiten detectar los casos de maltrato en niños. Sin embargo, sí que existen una serie de indicadores como el consumo de alcohol, drogas, trastornos de personalidad o patologías de ansiedad, que pueden desencadenar una conducta de maltrato paterno.

En el estudio realizado por ambas profesionales, el 61,2% de las denuncias fueron realizadas por hospitales, mientras que solo el 21,9% procedía de algún familiar próximo a la víctima. La detección en los centros sanitarios es, según Torné, «mucho mejor ahora que hace unos años gracias a la concienciación de los profesionales».

El tipo de lesiones que presentan los niños cuando acuden a los centros médicos es un indicador clave que ayuda en la detección de los malos tratos. Cuando el maltrato infringido a los niños es grave, el 90% de las víctimas presenta lesiones múltiples y el 80%, secuelas de lesiones antiguas. Entre los diagnósticos más habituales se encuentran los hematomas, contusiones, fracturas óseas, quemaduras y lesiones cutáneas.

Una vez detectado el maltrato, las psicólogas señalan que es necesario separar al pequeño de su entorno familiar e integrarlo en un centro de menores. Analizar la posible recuperación de los padres y barajar la propuesta de adopción son los pasos posteriores.

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