El País Vasco comenzará en 2006 a realizar trasplantes de riñón de donante vivo

Esta comunidad encabeza la lista nacional de implante renal, con una media de 125 intervenciones al año
Por EROSKI Consumer 8 de julio de 2004

El Hospital vizcaíno de Cruces pondrá en marcha a comienzos de 2006 un programa de trasplantes de riñón procedente de donante vivo. Esta iniciativa se justifica, según el consejero vasco de Sanidad, Gabriel Inclán, en que «cada vez es más difícil obtener trasplantes de personas que ya han fallecido». Y eso que la Comunidad Vasca arroja las mejores tasas de donantes de órganos de España y del mundo.

Para hacer frente a este reto, a finales de año la Sanidad Pública Vasca iniciará la formación específica de dos nefrólogos, dos urólogos, un anestesista y un coordinador. En el primer semestre del año que viene se acondicionarán en dicho hospital dos habitaciones y una sala de espera para el donante y el receptor, y se preparará también la logística hospitalaria y judicial necesaria.

Los trasplantes de órganos procedentes de una persona viva requieren que el donante sea un familiar o allegado del receptor, y no medie en su ofrecimiento ningún tipo de condicionamiento económico, social o psicológico. Deberá, además, ser mayor de edad, gozar de buena salud y estar en plenas facultades mentales. Su consentimiento se hará constar ante el juez del Registro Civil y dispondrá de 24 horas para retractarse después de ceder el órgano.

Para salvaguardar estos requisitos, un comité de ética analizará en el centro hospitalario vizcaíno cada caso y emitirá un informe acreditando la oportunidad de la operación o rechazándola.

Corta espera

En la actualidad, la lista de espera para trasplante de riñón en el País Vasco, que también incluye a pacientes de comunidades vecinas, es de las más cortas del mundo: se sitúa en 86 personas por millón de habitantes, mientras que en España es de 92, de 107 en Europa, y de 187 en EE.UU.

El nuevo programa de donante vivo, según Inclán, no va a reducir significativamente esta lista, que está ya en mínimos técnicos, pero sí va a permitir mantenerla en estos niveles, lo que resultaría imposible con las donaciones de órganos procedentes de cadáveres. Además, el injerto de un donante vivo perdura por término medio 25 años más.

El País Vasco posee la tasa más alta de donantes renales de Europa, con 46,4 por millón de habitantes, frente a la media española de 33,9 o a los 20 de muchos países europeos. El motivo fundamental de esta excelente cifra es el bajo índice de negativas: el 92% de las familias vascas acepta donar los órganos de sus parientes fallecidos, frente a una media española que se sitúa en un 80% de aceptación y que está también muy por encima de la europea, según datos de Sanidad.

El año pasado se realizaron 58 intervenciones de este tipo en los hospitales vascos, siendo el de Cruces el más activo. En la última década se han practicado en sus quirófanos una media de 125 trasplantes de riñón al año (1.263 en total), por delante de centros como el Doce de Octubre de Madrid (1.194) o el Clínic de Barcelona (1.162).

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