La epidemia de tabaquismo avanza sin control y si no se toman medidas para atajarla provocará ocho millones de muertes anuales en el mundo para 2030. Así lo advierte un informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS) que propone una serie de medidas para prevenir decenas de millones de defunciones prematuras para mediados de siglo.
El estudio más exhaustivo sobre el consumo mundial de tabaco realizado hasta la fecha revela que ningún país aplica plenamente todas las medidas decisivas de control del tabaco. Sólo el 5% de la población mundial vive en países que protegen a sus habitantes desarrollando algunas iniciativas para reducir las tasas de tabaquismo.
Además, gracias a los impuestos que gravan el tabaco, los gobiernos recaudan cada año 500 veces más dinero de lo que gastan en actividades antitabáquicas. Como conclusión, los impuestos al tabaco, la estrategia más eficaz para reducir el consumo, según la OMS, se podrían aumentar considerablemente en casi todos los países y ello permitiría obtener financiación sostenible para aplicar y hacer cumplir el plan denominado MPOWER.
Estrategias
El proyecto MPOWER propone seis estrategias: «Monitoring» (vigilar el consumo de tabaco y las medidas de prevención), «Protecting» (proteger a la población de la exposición al humo del tabaco), «Offering» (ofrecer ayuda para el abandono del hábito), «Warning» (advertir de los peligros del tabaco), «Enforcing» (hacer cumplir las prohibiciones sobre publicidad, promoción y patrocinio) y «Raising» (aumentar los impuestos a las cajetillas).
Para la doctora Margaret Chan, directora general de la OMS, estas seis estrategias «están al alcance de todos los países, sean ricos o pobres, y, si se combinan en un plan, nos ofrecen una posibilidad óptima de hacer retroceder esta epidemia creciente».
Por su parte, Douglas Bettcher, director de la iniciativa «Liberarse del Tabaco», cree que las seis estrategias «promoverían una fuerte respuesta a la epidemia de tabaquismo». Además, añade, generarían «un entorno propicio» para ayudar a los consumidores de tabaco a dejarlo, proteger a los fumadores pasivos y prevenir el hábito entre los jóvenes.
Viraje al tercer mundo
El informe de la OMS alerta además del viraje de la epidemia hacia los países en vías de desarrollo, donde se prevé que para 2030 se registrará el 80% del total de defunciones anuales relacionadas con el tabaco.
La organización sanitaria indica que ese viraje «es resultado de una estrategia mundial de la industria tabacalera dirigida a los jóvenes y adultos del mundo en desarrollo con miras a conseguir que cada año millones de personas pasen a ser mortalmente adictas». Una de las posibilidades «más inquietantes» del crecimiento de la epidemia sería que apuntara hacia los jóvenes.
