Entrevista

“Las vacunas con las que trabaja el CSIC presentan ventajas importantes con respecto a las de ahora”

Mercedes Jiménez Sarmiento, bioquímica e investigadora del Centro de Investigaciones Biológicas Margarita Salas del CSIC
Por Verónica Palomo 13 de mayo de 2021
mercedes jiménez investigadora
Imagen: Eroski Consumer

El esfuerzo de la comunidad científica española en la carrera global por la vacuna contra la covid-19 está teniendo resultados muy prometedores. En la actualidad, el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) trabaja con tres prototipos y, si todo sigue como está previsto, estarán en el mercado a finales de año. Mercedes Jiménez Sarmiento, bioquímica de sistemas de la división bacteriana e investigadora del Centro de Investigaciones Biológicas Margarita Salas, explica los motivos por los que tenemos que estar muy esperanzados ante la llegada de estas vacunas: “Ofrecen más ventajas frente a las que actualmente se están utilizando: mayor protección y facilidad de administración”.

¿En qué fase se hallan los tres prototipos de vacuna contra la covid-19 del CSIC?

Actualmente, las tres vacunas se encuentran en los ensayos clínicos con humanos en fase I/II. Han completado con éxito los ensayos preclínicos, en los que han demostrado ser muy eficaces en modelos animales.

¿Cuándo estarán disponibles?

Antes de llegar al mercado deben completar con éxito la fase III, que implica demostrar eficacia y seguridad en un número elevado de voluntarios. Se espera llegar a esta fase y comenzar la producción a gran escala a finales de este año, por lo que en 2022 esperamos contar en el mercado con una o varias vacunas españolas.

¿En qué se diferencian estas vacunas de las que ya están utilizando en Europa?

Son diferentes y su desarrollo también ha sido más lento por ese motivo. Además, cada una ofrece ventajas sobre las que actualmente se están administrando. La vacuna desarrollada por el equipo de Luis Enjuanes e Isabel Sola se basa en un virus sintético muy parecido al de la covid-19, pero en el que se han eliminado los genes de virulencia. Se administraría de forma nasal, por lo que se desarrolla una respuesta inmune muy localizada. La vacuna desarrollada por el equipo de Mariano Esteban está basada en el virus Vaccinia (el que se usó para erradicar la viruela) muy atenuado, que proteína S del coronavirus. La ventaja que tiene es que a esta vacuna le será más fácil acceder a las células que a las vacunas de ARN (Moderna, Pfizer), y es muy estable. Además, ha demostrado ser 100 % efectiva en ratones. El parasitólogo Vicente Larraga está desarrollando una basada en ADN recombinante. Esta vacuna es tan estable que se puede mantener a temperatura ambiente y es una gran ventaja a la hora de administrarse en lugares donde no hay posibilidades de refrigeración o ultracongelación; pero también, al ser una vacuna de ADN sintética, puede rehacerse rápidamente en caso de tener que ser adaptada a variantes (cepas) del virus que sean más resistentes.

¿En qué posición a nivel de investigación se encuentra nuestro país?

En comparación con el resto de las naciones europeas, hay que valorarla según la financiación e inversión pública y privada que, sabemos, es escasa y debería aumentarse. Según los recursos y la financiación con la que contamos ahora mismo y con los recortes que hemos sufrido, nuestra posición es buena, pero todos sabemos que podría ser superior.

¿Cuál es el objetivo de estas tres vacunas españolas?

Estamos convencidos de que podemos competir internacionalmente, ya que nuestras vacunas, como he dicho, en ciertos aspectos son más ventajosas que las que ya se están comercializando. Por supuesto, cubrir la vacunación nacional sería prioritario. Son vacunas obtenidas a partir de financiación pública, pero la colaboración con empresas productoras privadas es esencial para abordar el diseño y producción de vacunas y así no depender de multinacionales extranjeras.

¿Inversión en investigación tiene que ir acompañada de más inversión empresarial?

Así es, los ensayos clínicos requieren una inversión muy elevada, son costosos y son un requisito obligatorio para la aprobación definitiva de una vacuna. La producción masiva también lo es, por lo que se hace necesaria una gran inversión económica, ya sea colaborativa o con diferentes grados de participación. Actualmente, las tres vacunas del CSIC ya están patentadas y dos de ellas licenciadas (será Biofabri la empresa que las fabrique).

¿Por qué en España la financiación privada de la ciencia no está tan instaurada como en otros países?

La inversión en ciencia no es inmediata. El beneficio es muy elevado, pero no rápido. Se necesita tiempo y, aunque es rentable y la inversión realizada se devuelve con creces, la financiación privada en España no lo considera así, aunque también es justo decir que hay excepciones.

En el CSIC están trabajando con estos tres prototipos, pero ¿existen otras investigaciones?

Sí, se están desarrollando más vacunas en España. En el Hospital Clínic de Barcelona, en la Fundación Miguel Servet-Navarra Biomed; en varias universidades como la Ramón Llull y la Universidad de Santiago de Compostela, y también en el Instituto Nacional de Investigación y Tecnología Agraria y Alimentaria (INIA).

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