A pesar de que muchos medicamentos requieren receta médica, con el paso del tiempo se multiplican las medicinas vendidas por la Red, ya sea por no estar autorizadas en el país de destino, porque el usuario necesita receta y no dispone de ella o, simplemente, porque en Internet se encuentran más baratas.
Estudios recientes certifican que esta venta abusiva y descontrolada puede acarrear problemas de salud a los consumidores y debe ser combatida. De hecho los portales que expenden estos productos ofrecen escasa información de los mismos, ninguna garantía respecto a su calidad y ni siquiera mencionan las contraindicaciones o efectos secundarios que pueden producir al interaccionar con otros medicamentos.
Esta carencia de información es especialmente peligrosa si se piensa que se trata de medicinas que pueden ser compradas sin ningún control previo por parte del médico o del farmacéutico.
Las organizaciones de consumidores matizan esta venta y propugnan que podría ser válida cuando reúna una serie de características:
– Cuando sean productos como vitaminas, oligoelementos, desinfectantes externos, infusiones, que también se expiden en farmacias pero que no son medicamentos como tal.
– Cuando la venta por Internet de medicamentos sea un método complementario, es decir, una farmacia que entrega a domicilio un pedido cursado por un consumidor del mismo país respetando las normas que regulan la venta de medicinas y con la condición de que se regulen las normas sanitarias y se certifique la receta médica.
En cuanto a los servicios de salud facilitados por Internet, proponen que se adopte un marco legislativo adecuado para tales servicios en la Unión Europea; que, en el ámbito internacional, organismos como la Organización Mundial de la Salud luchen contra toda comercialización de productos incontrolados y, en el nacional, que se informe al consumidor de los inconvenientes de esta práctica.
