Venta de antibióticos en unidosis

Sanidad pone en marcha un proyecto piloto que permitirá reducir el gasto farmacéutico
Por Azucena García 30 de abril de 2003

Durante el pasado mes de marzo, el gasto farmacéutico registró un crecimiento del 15,69%. Una subida que el Ministerio de Sanidad calificó de “preocupante” y que se ha propuesto atajar con la puesta en marcha de un plan de venta de antibióticos en unidosis. De esta manera, los cinco medicamentos más recetados, entre los que se incluye la conocida amoxicilina, se dispensarán en las comunidades adheridas a este proyecto – Galicia, País Vasco, Madrid y Extremadura – en envases especiales con blisters individuales que incluirán exclusivamente el número de comprimidos necesarios para cumplir el tratamiento.

Características del programa

El pasado 26 de marzo, el Ministerio de Sanidad firmó la puesta en marcha de un programa piloto de dispensación de antibióticos en unidosis. Un plan cuyo objetivo, según la ministra Ana Pastor, es “mejorar el uso racional de los antibióticos” y que permitirá al consumidor adquirir “exclusivamente” aquellos comprimidos que va a necesitar para hacer frente a la enfermedad, con el consiguiente ahorro económico. Hasta el momento, sólo cuatro Comunidades Autónomas -Galicia, País Vasco, Madrid y Extremadura- se han adherido a esta iniciativa, que tendrá una duración de seis meses, “prorrogable en función de los resultados obtenidos”, y cuyo inicio se ha retrasado a comienzos del mes de mayo debido, principalmente, a problemas técnicos. “Los laboratorios se han tenido que adaptar al suministro de medicamentos en envases individuales porque no estaban preparados para ello”, señala un portavoz del Colegio de Farmacéuticos del País Vasco.

La aplicación de este programa afecta, en concreto, a los cinco antibióticos más recetados: amoxicilina, amoxicilina clavulánico, claritromicina, cefuroxima axetilo y ciprofolacino. Principios activos que representan el 97% de los antibióticos que se consumen y que sólo se podrán adquirir con la receta de un médico del Sistema Nacional de Salud. Éste indicará al paciente el genérico y el número de comprimidos que debe tomar y la farmacia concertada correspondiente le dispensará el número exacto de pastillas que necesite.

“Los médicos participantes en este programa serán seleccionados de entre las diferentes Áreas de Salud de las Comunidades Autónomas firmantes del convenio. Asimismo, en el momento de la prescripción, el médico entregará al paciente información escrita sobre el contenido del Programa y de su participación en el mismo. En todo caso, la colaboración de los pacientes será voluntaria, al igual que las oficinas de farmacia, ya que podrán adherirse todas aquellas que así lo deseen”, detallan fuentes del Ministerio de Sanidad.

Respecto a los envases, cada comunidad acordará con los departamentos de Sanidad y los Colegios de Farmacéuticos que hayan suscrito el convenio de colaboración cuál es el más adecuado. Deberán cumplir, eso sí, determinados requisitos que marcan la necesidad de presentación en dosis unitarias para evitar que la manipulación afecte a la calidad del medicamento, y se elegirán los de especialidades genéricas de menor precio. Se diseñarán, por lo tanto, envases específicos en los que se identificará claramente la especialidad dispensada y el número de unidades que contiene. Por ejemplo: Amoxicilina 500 miligramos, 24 cápsulas.

Uso irracional de los medicamentos: consecuencias

El programa de dispensación de antibióticos en dosis individuales plantea como fin principal el uso racional de los mismos. Y es que en los últimos años la automedicación y el incumplimiento de los tratamientos se ha generalizado y ha colocado a España a la cabeza de los países europeos en el consumo incontrolado de diversos fármacos. “Esta práctica conlleva que la eficacia de algunos medicamentos vaya disminuyendo progresivamente y que aumente la resistencia a determinadas bacterias”, alertan responsables del Ministerio de Sanidad.

Los datos señalan que cada día se consumen en nuestro país más de 1.000 kilogramos de antibióticos, lo que supone que casi un 90% de la población consume antibiótico, al menos, una vez al año y que el 30% recurre a estos medicamentos sin prescripción médica o receta. “Algunos piensan que si un antibiótico ha curado a un amigo o familiar, también les puede curar a ellos. Pero no tiene por qué ser así”, advierte el Consejo General de Colegios Oficiales de Farmacéuticos. Ésta es, precisamente, una idea muy difundida entre la población, que llega incluso a utilizar antibióticos en cuadros gripales fáciles de tratar con otros compuestos. Hay que tener claro que el médico es la única persona competente en estos casos para decidir si es necesaria o no la administración de antibióticos.

Recientemente, la Organización Mundial de la Salud llamó la atención sobre este aspecto y aconsejó la búsqueda de nuevas fórmulas para contener una situación que, en los últimos 15 años, ha generado resistencias a determinadas bacterias que oscilan entre el 15% y el 60%, según el tipo de organismo. Asimismo, informó de las consecuencias negativas de almacenar fármacos en casa, puesto que caducan y pierden su efectividad.

Gasto farmacéutico

Pese a que la ministra de Sanidad, Ana Pastor, aseguró tras la firma del convenio que “el objetivo del plan no es ahorrar gasto”, el proyecto de venta de antibióticos en estuches individualizados prosigue a una “preocupante” subida del gasto farmacéutico durante el mes de marzo y a casi ocho mil millones de euros destinados en 2002 a la compra de medicamentos, según el número de recetas dispensadas por el Sistema Nacional de Salud el pasado año: 661.144.799.

Ante estas cifras, el Ministerio está decidido a poner en práctica una serie de medidas “sencillas, fáciles y baratas”para ayudar a la contención del gasto en medicamentos y baraja la necesidad de informar a los médicos sobre las variaciones que experimenten los precios y lograr el compromiso de los farmacéuticos para que no dispensen fármacos sin la receta correspondiente. Por otro lado, Sanidad apuesta también por el impulso de los genéricos y el establecimiento de una cantidad máxima de financiación pública para los preparados con un determinado principio activo. De esta manera, las medicinas resultarían más baratas e, incluso, sería posible reducir el precio de aquellos que están fuera del periodo de protección de la patente -que por encima de la cantidad fijada no recibirían más financiación-.

Cómo reducir la factura de la farmacia

De forma individual, el consumidor también se beneficiará con la puesta en marcha del proyecto de venta en unidosis, pese a que aún no está previsto el ahorro concreto. “Al final de esta prueba se deberá evaluar si los resultados son positivos, en cuyo caso deberemos seguir adelante todos juntos. Si no fuese así, el programa debe ser desestimado”, subraya el presidente del Consejo General de Colegios Oficiales de Farmacéuticos, Pedro Capilla. A continuación, se detallan algunas propuestas a tener en cuenta para aliviar la factura farmacéutica.

  • Actualizar el listado de medicamentos que almacenamos en casa:Aunque no es una práctica correcta almacenar medicamentos en casa, puesto que caducan y pierden eficacia, sí conviene elaborar un listado de aquellos que aún guardamos, por si en un breve periodo de tiempo el médico nos recetara el mismo fármaco y pudiéramos aprovechar el anterior.
  • Finalizar el tratamiento prescrito: Pese a que es posible que el paciente note mejoría durante la administración del medicamento, es necesario finalizar el proceso para no recaer y tener que adquirir nuevos fármacos, con el consiguiente gasto. Está comprobado que si no se toma la dosis completa para eliminar la infección, los microbios desarrollan resistencia con mayor rapidez.
  • Solicitar descuentos en las Especialidades Farmacéuticas Publicitarias (EFP): Según un Real Decreto firmado el 23 de junio de 2000, las oficinas de farmacia pueden aplicar descuentos de hasta el 10% en el precio de venta fijado en el envase de aquellos productos que se anuncian en los diferentes medios de comunicación. Ocurre que muchos farmacéuticos desconocen esta posibilidad y suelen mostrarse reacios a aplicar descuentos, pero es un derecho del consumidor.
  • Exigir el medicamento genérico: En las farmacias existen diversos fármacos con similares características (activos, dosis?) pero diferente precio. En algunos casos, el coste de un medicamento respecto al de otro supone pagar cuatro o cinco veces más, por lo que es un derecho del consumidor exigir al farmacéutico un producto igual que el que nos han recetado, pero más barato.
  • Pedir envases que se ajusten a nuestro tratamiento Si el médico nos aconseja seguir el tratamiento durante diez días, pediremos al farmacéutico que nos proporcione el envase adecuado, de manera que, pasados esos diez días no nos sobre la mitad del envase.

Además de estas pautas, es recomendable retirar del botiquín los medicamentos caducados o sin envase original ni prospecto, así como los usados que no está previsto utilizar en breve y depositarlos en las farmacias, donde son recogidos periódicamente y trasladados a una planta de selección y clasificación. En ningún caso se pueden depositar termómetros, radiografías, objetos cortantes o prótesis.

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