Un estudio del Hospital Infantil de Montefiore, en Nueva York (Estados Unidos), mantiene que el sobrepeso en la infancia podría conducir a una degeneración precoz de la columna. El trabajo se ha dado a conocer en la reunión anual de la Sociedad Radiológica de Norteamérica que se celebra estos días en Chicago. «Este es el primer estudio que muestra una asociación entre un mayor índice de masa corporal y anomalías discales en niños», explica Judah G. Burns, director de la investigación.
Los investigadores revisaron imágenes de resonancia magnética de columna en 188 adolescentes de entre 12 y 20 años que decían tener dolor de espalda y pasaron por las pruebas en un periodo de más de cuatro años. Las imágenes revelaron que el 52,1% de los pacientes tenían algunas de las anomalías en la parte inferior o lumbar de la columna. La mayoría de estas anomalías se producían en los discos, que son una especie de almohadillas entre los huesos de la columna. La enfermedad discal se produce cuando una protuberancia o disco alterado presiona sobre los nervios, lo que causa dolor o debilidad. El dolor de espalda suele atribuirse a espasmos musculares o torceduras y se asume que la enfermedad discal no se produce en niños. Sin embargo, «mi experiencia señala lo contrario», asegura Burns.
Este trabajo determinó un índice de masa corporal (IMC) ajustado a la edad en 106 de los 188 pacientes. Un total de 54 de estos niños se encontraban en el cuartil con los niveles superiores de IMC en relación a su edad. El 68,5% de estos niños mostraban resultados anormales en las imágenes de resonancia magnética de su columna. Otros 52 pacientes cayeron en los tres cuartiles inferiores. Sólo el 34,6% de estos niños con un IMC saludable mostraban resultados anómalos en las resonancias magnéticas.
«Observamos una tendencia hacia mayores anomalías en la columna con un IMC superior. Estos resultados demuestran una fuerte relación entre un mayor IMC en la población pediátrica y la incidencia de la enfermedad discal lumbar», afirma Burns. Los datos podrían indicar un importante problema de salud pública dados los costes sanitarios del dolor de espalda en los Estados Unidos, apunta el investigador.