Investigadores piden acciones urgentes en salud pública para evitar la muerte de miles de niños

Aplicando sólo el conocimiento y los tratamientos disponibles actualmente se pueden salvar seis millones de vidas al año
Por EROSKI Consumer 18 de julio de 2003

Un grupo internacional e interdisciplinar de investigadores especializados en salud pública, dirigidos por científicos del Departamento de Salud Infantil y Adolescente de la Organización Mundial de la Salud (OMS), ha realizado un llamamiento mundial a la acción urgente para poner fin al desastre de salud pública mundial que está provocando cada año la muerte de más de 10 millones de niños menores de cinco años. Con esta finalidad, el foro de especialistas ha publicado esta semana en la revista «The Lancet» una serie de cinco artículos en los que se pone de manifiesto que simplemente aplicando el conocimiento y los tratamientos disponibles actualmente se puede evitar la muerte de más del 60% de esos niños, ni más ni menos que seis millones de vidas.

En el primero de esos artículos se presenta un cuadro inaceptable: más de diez millones de niños mueren cada año, la mayoría en países de bajos ingresos o en zonas pobres de regiones con ingresos medios. El 90% de estas muertes ocurren en 42 países, y la mayoría están provocadas por una corta lista de causas: diarrea, neumonía, sarampión, malaria y sida, así como la desnutrición, que suele estar detrás de las muertes de los niños menores de cinco años; y la asfixia, complicaciones en el parto, septicemia y tétanos en los neonatos. Todas ellas, según los investigadores, son causas prevenibles. El problema es, por tanto, dónde tienen lugar esas muertes y por qué allí no se han generalizado los servicios de salud pública necesarios.

Muchas muertes en pocos países

Así, la estimación de muertes de niños en el año 2000 fue de 10,8 millones, una cifra que utilizan los investigadores pues creen que ha variado muy poco en los últimos dos años. El 41% de estas muertes ocurren en el África subsahariana y otro 34% en el sur de Asia. Sólo unos pocos países aglutinan una gran proporción de las muertes de niños. De hecho, la mitad de las muertes de menores de cinco años en el mundo deben apuntarse en la lista de tan sólo seis países (India, Nigeria, China, Pakistán, República Democrática del Congo y Etiopía, por este orden).

No obstante, los científicos advierten de la cautela con la que deben tomarse estas cifras en el sentido de que se trata de números absolutos, por lo que pueden desvirtuar algunas situaciones reales. Es el caso del África subsahariana, donde el pequeño tamaño de su población determina que estos países estén los primeros en la clasificación de la tasa de mortalidad de niños. Incluso dentro de un mismo país la variación espacial en la tasa de mortalidad puede ser muy grande.

Dada la existencia de una variación sustancial en las tasas de mortalidad entre las distintas regiones, la planificación de las intervenciones en salud tiene que darse a un nivel nacional más que a nivel de una región geopolítica, pues es necesario un cuadro epidemiológico realista de cada país y de las posibilidades de su sistema de salud, antes de que las intervenciones en salud pública puedan desarrollarse e implementarse. Determinar este perfil epidemiológico es complicado en estas regiones, donde la interacción de determinados factores tanto sanitarios como ambientales pueden llevar a la muerte, además de llevar asociados otras causas accesorias.

Es obvio que ambientes no higiénicos e inseguros ponen a los niños en riesgo de muerte. La ingestión de agua contaminada, una inadecuada disposición de agua para la higiene, y la falta de acceso a servicios sanitarios, contribuyen a 1,5 millones de muertes de niños y a un 88% de fallecimientos por diarrea. Los niños de hasta cinco meses que no han sido amamantados tienen entre cinco y siete veces más riesgo de morir por diarrea o neumonía. Estos serían factores comunes para estos 42 países que aglutinan el 90% de las muertes de niños menores de cinco años, pero hay otros que influyen más o menos en el desenlace según la región de la que se trate.

Desnutrición

Según los investigadores, claramente, neumonía y diarrea seguirán siendo causas importantes en la mortalidad de niños hasta que ésta caiga a niveles muy bajos. Además, cerca de dos tercios de las muertes en los 42 países analizados (el 57% de las muertes en el mundo) ocurren en 19 países donde las causas predominantes son neumonía, diarrea y desórdenes neonatales, con una muy pequeña contribución de la malaria y el sida. En la otra cara de la moneda, la malaria juega un importante papel en la mortalidad de los niños en muchos países del África subsahariana. El sida se cuenta en más del 10% de las muertes en tres de estos 42 países; sin embargo, en algunos pequeños, como Botswana y Zimbabwe, el sida provoca más de la mitad de las muertes de niños. Mientras tanto, la desnutrición sigue siendo la causa que está detrás de una proporción sustancial de estas muertes.

Los investigadores están convencidos de que casi dos tercios de esas muertes se pueden evitar. En su opinión, trabajos publicados sobre mortalidad infantil en las últimas dos décadas en países de bajos y medios ingresos confirman las evidencias previas de la eficacia de la prevención e intervenciones terapéuticas identificadas antes de ese tiempo, como la vacuna del sarampión y la prevención de la deshidratación en los niños con diarrea a través de una terapia de rehidratación oral. La ciencia, dicen, se ha movido rápidamente para conocer los beneficios en la reducción de la mortalidad de otras acciones adicionales, como los micronutrientes, y para identificar otras nuevas y más efectivas, como los materiales tratados con insecticidas para combatir la malaria o la vacuna contra el VIH.

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