Investigadores suizos crean una proteína sintética que podría proteger contra el sida

Una treintena de monas recibieron esta proteína en forma de crema vaginal y 17 no adquirieron el virus
Por EROSKI Consumer 16 de octubre de 2004

Un equipo de científicos suizos, dirigidos por el profesor británico Robin Offord, ha creado una proteína sintética que podría proteger contra la infección y la transmisión del virus que causa el sida. Un total de 30 monas recibieron una crema en sus vaginas con diferentes dosis de un fármaco experimental elaborado a partir de dicha proteína, bautizada como PSC-RANTES. Quince minutos después, cada una de ellas sufrió la irrigación vaginal de un virus parecido al que provoca el sida. Las 17 monitas en las que la cantidad del medicamento era relativamente baja, se contagiaron de sida. Las 13 que habían recibido las dosis más altas del nuevo fármaco, sin embargo, no adquirieron el virus. Son los mejores resultados nunca obtenidos con un microbicida de aplicación tópica para frenar los contagios de sida.

La novedad añadida de la investigación está en el razonamiento que ha llevado al desarrollo del fármaco. No actúa sobre el virus, sino sobre los receptores de las células de la mucosa de la vagina a los que se pega el VIH para actuar. Al quedar inhibido el receptor celular gracias al nuevo fármaco, el virus no reconoce a la célula que podría infectar y, en consecuencia, no hace nada.

A falta todavía de una vacuna efectiva contra el sida, esta forma de abordar el problema parece muy prometedora. Con un tratamiento local, se impide el paso del virus a las células del organismo receptor, un paso de gigante en la lucha contra la enfermedad.

Quedan muchos obstáculos por salvar todavía. En primer lugar, y sobre todo, el que haya sido eficaz sobre un grupo de monas, no significa de forma directa que vaya a serlo también en humanos.

Fabricar la proteína sintética PSC-RANTES resulta muy caro. Este tratamiento no lo podría comprar casi nadie y menos en los lugares donde más preciso es, en el África subsahariana. El laboratorio de Ginebra que desarrolló la proteína trabaja ya en la síntesis de moléculas más baratas.

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