Una clínica de Florida (sureste de EE.UU.) está siendo investigada por las autoridades sanitarias federales y estatales estadounidenses para ver si es la responsable de cuatro casos sospechosos de botulismo en personas que acudieron a dicho centro a inyectarse el popular tratamiento antiarrugas «botox».
Llelwyn Grant, portavoz del Centro de Control de Enfermedades, en Atlanta (Georgia, sureste), confirmó que hay cuatro «casos sospechosos» de botulismo, dos en Florida y dos en Nueva Jersey (noreste), aunque la investigación se centra en el Estado sureño.
«Queremos ver si hay un eslabón común» en los cuatro casos, dijo Grant, que agregó que se están haciendo los exámenes correspondientes para determinar si los pacientes en efecto padecen botulismo.
Tim O’Connor, portavoz del Departamento de Salud de Florida, aseguró que a los pacientes «se les inyectó botox» y, aunque no se ha confirmado la enfermedad, se les dio el antídoto contra la toxina porque presentan los síntomas.
Los pacientes de Florida (un hombre y una mujer que rondan los 50 años) permanecen ingresados en cuidados intensivos en la ciudad de Palm Beach (este) y con respiradores artificiales desde el domingo por la noche.
El médico que los atiende, Charles Schallop, indicó a medios locales que la pareja le contó que habían recibido las inyecciones en una clínica de Fort Lauderdale (al sur de Palm Beach) y que otra pareja se había sometido al tratamiento el mismo día.