La Clínica Puerta de Hierro de Madrid deberá indemnizar con 636.000 euros a una paciente que quedó parapléjica por errores médicos

Los familiares interpusieron un recurso ante el Tribunal Supremo después de que la Audiencia Nacional fallara en su contra
Por EROSKI Consumer 31 de marzo de 2005

El Tribunal Supremo ha dictaminado que la Clínica Puerta de Hierro de Madrid pague una indemnización de 636.000 euros por una consecución de errores médicos que provocaron que una paciente quedara paralítica.

La mujer padecía un tumor que le seccionó la médula espinal tras crecer, sin ser detectado por ninguno de los profesionales médicos que la trataron, a causa de un catéter que le fue implantado tras una operación por una hernia discal.

La mujer afectada sufría una hernia discal a nivel lumbar. Así se lo diagnosticaron «a finales de los años ochenta», cuando ella trabajaba «como ATS en el Hospital General del Insalud de Guadalajara», según ha explicado su hermano, quien ha preferido reservar su identidad.

Una vez le diagnosticaron la enfermedad le remitieron a «la Clínica Puerta de Hierro de Madrid, al servicio de neurocirugía para que fuera intervenida allí». La primera vez que entró en el quirófano fue en junio de 1990. Entonces la operación transcurrió sin problemas, aunque los dolores no desaparecieron y se le implantó una bomba interna de perfusión intratecal, para que los medicamentos llegaran a la médula mediante un catéter.

Poco tiempo después de que se le implantara la bomba interna, apareció una «fibrosis en la zona de operación», que motivó que fuera «sufriendo más dolor y la sintomatología empezó a llegar ser a un nivel más alto, dorsal, y no a nivel lumbar», según comenta su hermano.

Unos años después, en 1997 se le realizó una resonancia magnética en la clínica para ver el origen del dolor y se constató que era debido «únicamente a la fibrosis producida por la operación», explica el familiar de la paciente. «La resonancia se hizo sólo a nivel lumbar y unos quince días después mi hermana se cayó, perdió toda la fuerza y sensibilidad en las piernas», asegura el hemano.

Cuando esto ocurrió, el centro hospitalario «la operó y se vio que el catéter no estaba a nivel lumbar sino dorsal». El hermano ha criticado que «en ningún momento, durante todo el proceso de tratamiento, se siguió donde estaba el catéter» y ésa fue -según él- la fuente de todos los problemas. Durante este tiempo su organismo reaccionó para evitar el daño del catéter, pero «el problema es que la columna es rígida y no puede crecer hacia fuera, de modo que seccionó la médula espinal y mi hermana quedó paralítica».

Cuando la mujer afectada ingresó poco después en el Hospital Nacional de Parapléjicos de Toledo, descubrieron que, cuando fue operada para la extracción de la bomba intratecal y el catéter, «sólo se extrajo la bomba de medicación y el catéter permaneció» Tras un año ingresada en esta ciudad, tuvo que regresar a Madrid para que le quitaran el catéter en el Hospital Gregorio Marañón, donde «adquirió una meningitis», algo de lo que los familiares no culpan al hospital, ya que califican el suceso de «mala suerte».

Denuncia

Tras estos sucesos la familia decidió contactar con un abogado. La Audiencia de Madrid se declaró incompetente, por lo que el caso pasó a la Audiencia Nacional, que en febrero de 2001 falló en contra de la paciente diciendo que «no tenía derecho a ningún tipo de indemnización». Sin embargo, los familiares recurrieron ante el Tribunal Supremo, que les ha dado la razón.

El hermano de la mujer afectada ha señalado que cuando ésta quedó paralítica pasaron todos de estar «muy sorprendidos» por los acontecimientos a quedar «destrozados». A pesar de ello el familiar ha resaltado que la afectada «ha recibido apoyo de todos los hermanos», que hicieron «una piña» y se ayudaron entre todos en todo momento, física, moral e incluso económicamente». «Lo peor es el daño moral y los hijos de mi hermana tenían entonces nueve años y a esos chavales les cambió la vida completamente», ha declarado en la misma línea el hermano portavoz.

Por último, el familiar ha señalado que su hermana va a utilizar el dinero de la indemnización «para comprarse un piso completamente adaptado a sus necesidades y vivir la vida con sus hijos, y para que no dependa más que de una pequeña ayuda externa de ellos». Además de para esto, lo usará para «lo que se le tercie, lo que le apetezca, porque se lo merece».

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