La implantación de electrodos para tratar obsesiones ofrece resultados satisfactorios

Los especialistas aseguran que este tipo de tratamiento es sencillo y seguro
Por EROSKI Consumer 31 de octubre de 2007

Los trastornos obsesivo-compulsivos (TOC) afectan alrededor de 800.000 personas en España y 100 millones en todo el mundo. A un 20% de los afectados les incapacita de tal manera que no pueden trabajar ni tener relaciones sociales con normalidad, con gran devaluación de su calidad de vida. Sin embargo, según los expertos, son pacientes potenciales de llevar unos electrodos en ambos lóbulos frontales y conectarlos a una pequeña batería de litio que se coloca debajo de la clavícula derecha.

Los requisitos para esta intervención son tener más de 18 años y menos de 70, llevar más de cinco años sufriendo esta patología, no padecer enfermedades asociadas y, sobre todo, no responder al tratamiento con fármacos antidepresivos ni a la psicoterapia. Los afectados por TOC se caracterizan por tener ideas absurdas y falsas que constantemente los atormentan que pueden llegar a un punto en el que no son capaces de controlar sus pensamientos. Incluso se dan casos de tentativas de suicidio asociados. Los electrodos funcionan neutralizando, de forma controlada mediante impulsos eléctricos, el flujo de manías y obsesiones que nacen en una determinada zona del cerebro ubicada en la base de los lóbulos frontales.

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