Las aguas de playas, ríos y lagos que no cumplen las normas de higiene y seguridad adecuadas constituyen un peligro para la salud pública en varias partes del mundo. Así lo ha dicho hoy en Ginebra la Organización Mundial de la Salud (OMS), que ha recordado que cada año se producen 400.000 percances en ambientes acuáticos «perfectamente evitables».
Según la organización sanitaria, bañarse o practicar deportes en áreas contaminadas puede provocar enfermedades leves o graves debido al contacto con organismos peligrosos -como bacterias, hongos y parásitos- y en casos extremos hasta con agentes químicos. Los grupos más vulnerables a estas exposiciones y que requieren mayor cuidado son los niños y los ancianos, precisó.
Jamie Bartram, coordinador del Programa de Agua, Servicios Sanitarios y Salud de la OMS, explicó que en África, América, Europa y algunas regiones de Asia, las aguas costeras y del interior están frecuentemente contaminadas por materias fecales y residuos, «que representan un riesgo para la salud humana».
Acerca de este asunto, la OMS acaba de publicar una guía sobre el ocio seguro en ambientes acuáticos, en la que aconseja la vigilancia adulta de los niños, el uso de salvavidas y la limitación del nivel de alcohol en la sangre durante las actividades en el agua.
La agencia de la ONU calcula que en los países desarrollados un tercio de las aguas residuales no han sido sometidas a un tratamiento adecuado, mientras que en el mundo en desarrollo esa proporción sería aún mayor. «Este problema tiene además una importante incidencia económica, en tanto que cada año millones de personas pasan sus vacaciones en las zonas costeras en busca de la playa y el sol», indicó Bartram.
Por último, este experto quiso dejar claro que en ningún caso los problemas de calidad del agua se circunscriben a los países pobres. En este sentido, puso como ejemplo el Reino Unido, donde sólo la mitad de las playas son aptas para el baño.
