La Organización Mundial de la Salud (OMS) alertó ayer sobre las deficiencias que existen actualmente en la asistencia de las enfermedades mentales, por lo que instó a las autoridades nacionales internacionales a adoptar las medidas necesarias para aumentar y mejorar los recursos dedicados a la salud mental, así como a favorecer los establecimientos psiquiátricos públicos.
Según datos de la organización, un 12,3% de los fallecimientos que se producen en los países desarrollados se deben a trastornos neurológicos y mentales, por lo que considera necesario desarrollar instrumentos adecuados para rebajar este elevado índice de mortalidad. La OMS estima que los países ricos no destinan muchos recursos a la salud mental, y los que aportan no tienen la suficiente calidad. Además, los profesionales dedicados a la asistencia psiquiátrica son muy escasos en el mundo, ya que más de 680 millones de personas, principalmente de África y Asia, disponen de menos de un psiquiatra por millón de habitantes.
En este sentido, la organización de la salud señala que en torno al 40% de los países no tienen una política de salud mental y el 25% no disponen de leyes en esta materia como China, Nigeria, Irán, Tailandia y Turquía. Asimismo, más de la mitad de los países dedican menos del 1% de sus presupuestos de sanidad a las actividades relacionadas con este tipo de patologías.