La quimioterapia después de la cirugía ayuda a tratar el cáncer de páncreas, según un estudio

Actualmente menos de un 10 % de los pacientes sobreviven un año después que se les diagnostica esta enfermedad
Por EROSKI Consumer 11 de noviembre de 2001

Una nueva investigación publicada en la revista médica británica The Lancet, revela que la quimioterapia después de la cirugía puede ayudar a prolongar la vida de los pacientes que padecen cáncer pancreático. Este tipo de cáncer es uno de los más difíciles de tratar y que provocan mayor mortalidad. De hecho, en la actualidad, menos de un 10 % de los pacientes sobreviven un año después que se les diagnostica la enfermedad.

En el estudio publicado por The Lancet se pone de manifiesto que los pacientes con cáncer de páncreas que reciben quimioterapia después de la cirugía sobreviven un 40 % más tiempo que otros pacientes. En una prueba realizada a 541 personas con cáncer pancreático, aquellas que recibieron el fármaco 5-Fluorouracil, que se utiliza ampliamente para tratar el cáncer de estómago, después de la cirugía, vivieron un promedio de seis meses más que los que no lo recibieron, señala el estudio.

Para John Neoptolemos, del Hospital Universitario Real de Liverpool y uno de los médicos participantes en la investigación, un nuevo fármaco llamado Gemcitabina ampliará aún más los índices de supervivencia. «Tenemos la esperanza de que el nuevo fármaco ofrezca una supervivencia aún más prolongada a los pacientes, pero necesitamos una prueba para confirmarlo», agregó.

El cáncer de páncreas es uno de los tipos de cáncer más comunes. Según Nick Lemoine, de la Fundación Imperial de Investigación del Cáncer, una importante organización británica no lucrativa, esta patología es muy difícil de tratar porque es inusualmente agresiva, los síntomas con frecuencia son vagos y aparecen en una etapa tardía y la cirugía es muy difícil.

Las personas que padecen esta enfermedad suelen ser mayores, de entre 60 y 80 años. Los síntomas más comunes de padecimiento de cáncer pancreático son la pérdida de peso, la falta de apetito, así como dolor de estómago y de espalda.

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