La toxina botulínica sirve para aliviar la lumbalgia crónica, según científicos de EE.UU.

Podría ser también una prometedora terapia para tratar cefaleas y migrañas
Por EROSKI Consumer 12 de julio de 2004

Aunque en los últimos tiempos el Botox o toxina botulínica se ha hecho especialmente popular como tratamiento cosmético, los expertos han descubierto que también es una terapia eficaz para aliviar temporalmente trastornos dolorosos relacionados con una excesiva contracción muscular.

Un equipo de investigadores de la Facultad de Medicina de Baylor (EE.UU.) reveló que el Botox logró aliviar la lumbalgia crónica en una quincena de pacientes a los que se les había inyectado la toxina en la espalda.

Actualmente, la toxina botulínica comienza a presentarse también como una prometedora terapia para tratar cefaleas y migrañas, aunque todavía son escasos los estudios realizados al efecto.

Entre las posibles explicaciones de los efectos analgésicos del Botox, los investigadores norteamericanos destacan que la toxina podría bloquear la liberación de sustancias que sensibilizan los nociceptores (terminaciones nerviosas) de los músculos y que, por tanto, los hacen susceptibles al dolor.

Asimismo, es posible que suprima la inflamación de origen neurológico o bien que inhiba la liberación de la sustancia P, el glutamato u otros péptidos y neurotransmisores que intervienen en la percepción del dolor.

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