Un estudio liderado por investigadores españoles confirma que el clima afecta a los niños con dermatitis atópica, una enfermedad de la piel recurrente. La investigación asocia esta enfermedad con áreas lluviosas y húmedas, por lo que la temperatura y el número de horas de sol son dos aliados para su tratamiento.
«El trabajo documenta la posible influencia del clima en la prevalencia de dermatitis atópica en niñas y niños de seis y siete años en las tres regiones climáticas de España (atlántica, mediterránea y continental)», explicó al Servicio de Información y Noticias Científicas (SINC) María Morales Suárez-Varela, autora principal del estudio e investigadora de la Universidad de Valencia.
Los investigadores analizaron los casos de 28.394 niños de una decena de ciudades españolas (Asturias, Bilbao, A Coruña, Pamplona, San Sebastián, Barcelona, Cartagena, Castellón, Valencia y Madrid) utilizando el cuestionario del International Study of Asthma and Allergies in Childhood (ISAAC) para determinar la prevalencia de dermatitis atópica. Asimismo, estudiaron los datos facilitados por la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) relativos a la temperatura anual, precipitaciones, humedad relativa y número de horas de sol para cada una de las regiones citadas.
Los resultados mostraron que la dermatitis atópica depende de las condiciones meteorológicas. «Se detectaron diferencias significativas de prevalencia de la enfermedad en las tres regiones estudiadas (32,9% en el área atlántica, 28,3% en la mediterránea y 31,2% en la continental)», señaló la investigadora. Teniendo en cuenta que la dermatitis aparece asociada positivamente a las precipitaciones y la humedad, y negativamente a la temperatura y al número de horas de sol, «su aparición podría prevenirse, además de mejorar el estado de las lesiones», apuntó Suárez-Varela.