Las farmacias holandesas pueden dispensar desde hoy cannabis a enfermos crónicos

Este país se convierte así en el primero que autoriza el uso terapéutico de esta sustancia
Por EROSKI Consumer 1 de septiembre de 2003

Desde hoy mismo, las 1.650 farmacias que existen en Holanda pueden dispensar, bajo prescripción médica, cannabis a pacientes con enfermedades crónicas, según anunció ayer un alto cargo del Ministerio de Salud holandés. Así, este país se convierte en el primero en el mundo que autoriza el uso terapéutico de esta sustancia.

Holanda, donde la prostitución y la venta de cannabis en los establecimientos conocidos como «coffee-shops» están reguladas por el Gobierno, es un país pionero en reformas sociales que en otras naciones son muy polémicas. Es el caso de la eutanasia (fue la primera nación que la legalizó).

El Ejecutivo holandés, que ha reconocido que muchos pacientes con enfermedades crónicas compraban cannabis en los «coffee-shops», matiza que esta sustancia sólo debe ser prescrita por los médicos cuando los tratamientos habituales hayan fracasado o si los fármacos utilizados en las terapias convencionales tienen efectos secundarios adversos.

Dos empresas holandesas han recibido autorización para cosechar dos cepas especiales de la planta del cannabis, bajo condiciones de laboratorio, para su posterior venta al Ministerio de Salud, que luego lo distribuirá en pequeños envases a las farmacias. Este departamento recomendará a los pacientes que disuelvan el cannabis -su presentación será en hojas secas de la planta de cáñamo- en té o en agua para ingerirlo con un aerosol.

Igual que las farmacias, a 80 hospitales y 400 médicos se les permitirá también dispensar dosis de cinco g de la versión médica del cannabis, que costará unos 44 euros. Existe una variedad más potente que se expenderá por los médicos y farmacéuticos a un precio de 50 euros.

Los médicos holandeses podrán prescribir el cannabis para tratar el dolor crónico, las náuseas, la pérdida de apetito en pacientes con cáncer o sida, para aliviar los espasmos que sufren los enfermos de esclerosis lateral amiotrófica y para reducir los «tics» nerviosos que sufren los pacientes aquejados con el síndrome de Tourette. El Ministerio de Salud holandés estima que más de 7.000 personas en ese país utilizan habitualmente cannabis exclusivamente con fines médicos. Pero según los cálculos oficiales, la cifra de usuarios podría duplicarse ahora que su venta ha sido legalizada con receta médica.

El cannabis tiene una larga historia medicinal. Se cree que hace 5.000 años ya era utilizado en la cultura china. Sin embargo, hasta ahora ha estado fuera del arsenal terapéutico utilizado en Occidente, fundamentalmente por la falta de preparados estandarizados con fines médicos y la existencia de sustancias sintéticas mucho más potentes.

Voces críticas

El debate médico y social sobre el uso del cannabis cuenta con muchas voces críticas. Entre los argumentos contrarios más repetidos es que numerosas de las potenciales ventajas que esgrimen los defensores de su uso no han sido verificadas por los investigadores con métodos científicamente rigurosos. De hecho, algunos médicos sostienen que el consumo regular de cannabis, incluso con fines médicos, puede incrementar el riesgo de depresión e incluso de esquizofrenia. A este debate enconado han contribuido diversos estudios científicos que han llegado a conclusiones contradictorias sobre los beneficios terapéuticos.

En algunos países se impulsaron iniciativas similares a la holandesa, pero no fructificaron. El pasado mes de julio, el Gobierno canadiense tuvo que indemnizar a cientos de enfermos terminales después de que un plan oficial para cultivar marihuana con fines médicos fuese paralizado. En Estados Unidos, donde algunos estados trabajaban en legislaciones tímidamente permisivas, el uso de la marihuana para el tratamiento de síntomas de enfermedades recibió una prohibición federal que data del año 2001.

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