Los adultos recurren cada vez más a la ortodoncia para corregir las malformaciones dentales

La aceptación social de estos aparatos y los beneficios para la salud y la imagen, motivos del crecimiento
Por EROSKI Consumer 4 de julio de 2002

A pesar de que la ortodoncia ha estado siempre asociada a la infancia y adolescencia por el proceso de crecimiento, conseguir unos dientes bien alineados no tiene edad. Y es que las bases fisiológicas del movimiento dentario son universales; esto es, las malformaciones en la dentadura se pueden producir y corregir a cualquier edad, según el ortodoncista José Ceballos, «desde los 3 a los 90 años».

«En España se ha experimentado desde hace cinco años un aumento notable del número de adultos que acuden a las consultas de los odontólogos», afirma Luis Beltrami, presidente de la Sociedad Española de Ortodoncia. La demanda de los adultos ha crecido tanto que ahora el porcentaje en las consultas se eleva al 30%. En los últimos años, la imagen de un adulto con aparato no resulta ajena porque cada vez es más frecuente ver a personas mayores de 20 años con ortodoncia.

Junto al factor social, los ortodoncistas destacan que lo que es la consecuencia del tratamiento -una sonrisa armónica- se convierte en la primera motivación para la mayoría de los adultos que se someten a tratamientos ortodóncicos. Muchos otros acuden al ortodoncista remitidos por sus dentistas, que les recomiendan enderezar sus dientes para prevenir enfermedades.

A pesar de que es más adecuado realizar el tratamiento en niños y adolescentes -pues cuando el crecimiento de los huesos ha finalizado, las alteraciones esqueléticas no se pueden corregir-, hoy se puede hacer a cualquier edad, «siempre que el estado del perodonto -encía, huesos y tejidos que rodean al diente-, sea el adecuado» precisa José Ceballos.

Pero, ¿por qué es importante alinear los dientes? Los profesionales coinciden en que el hecho de que los dientes no se encuentren en una adecuada posición aumenta el riesgo de caries y puede provocar pérdida de piezas, enfermedades periodontales, desgastes de los bordes o caras de los dientes, dolor en la articulación de la mandíbula, trastornos digestivos por una mala masticación de los alimentos… todos ellos son problemas que se agravan con el transcurso de la edad.

Duración similar

En los pacientes adultos, es un poco más lenta la evolución del tratamiento pero no tiene por qué prolongarse más que en niños y adolescentes, «siempre que tenga la encía sana y no haya pérdida de hueso ni falta de piezas», asegura la odontóloga Lourdes Bueno.

El crecimiento en la demanda de ortodoncia por parte de adultos se debe a varios factores: por un lado hay una mayor preocupación por la imagen, acompañada de un creciente interés por la salud. Ahora además se reduce el esfuerzo del paciente, al contar con materiales más sencillos, cómodos y sobre todo más estéticos. «Es una cuestión de educación en las personas de mayor edad», concluye Bueno.

Especialización

La Sociedad Española de Ortodoncistas lucha por conseguir que el Consejo General de Colegios reconozca la especialización de los profesionales españoles, ya que España y Luxemburgo son los únicos países de la Unión Europea en tener ortodoncistas sin regulación jurídica. Esto ocurre a pesar de que, en España, la Sociedad de Ortodoncistas tiene 50 años de antigüedad, y es la más numerosa entre los odontoestomatólogos, como denuncia el presidente de esta Sociedad.

Sin este reconocimiento, cualquier dentista general puede ejercer la ortodoncia. «Nadie estipula si un profesional tiene formación suficiente para ejercer esta especialización», confiesa Bueno. José Ceballos comenta al respecto que la especialización garantizaría una buena preparación y una dedicación exclusiva.

Nuevos materiales

La aparición de nuevos materiales hace más llevadero el tratamiento ortodóncico y aunque encarecen el precio, presentan la ventaja de la «invisibilidad». Los «brackets» cerámicos, de un color similar al del diente, son casi trasparentes y su precio aumenta entre un 10 y un 15% el coste medio, que se sitúa entre 1.800 y 2.000 euros. Además, se han desarrollado «brackets» más pequeños para reducir el impacto visual.

La ortodoncia lingual -colocación de los «brackets» en la parte interior del diente- es totalmente invisible, pero ocasiona mayores problemas al hablar, y en la manipulación del aparato, sin mencionar su precio, que se eleva hasta un 50% por encima de la media. El coste de la ortodoncia oscila entre 240 euros del más económico hasta los 2.400 del más caro, en función de la duración, del tipo de aparato y del profesional.

Existe otro tratamiento más sofisticado, con fundas trasparentes que funcionan a través de pequeños movimientos. Las fundas, diseñadas a través de un programa de ordenador, oscilan entre las 12 y las 48 por tratamiento y se cambian cada quince días. Pero este nuevo sistema «no es la panacea», según Bueno, pues no se puede aplicar en todos los casos y duplican el precio del proceso ortodóncico.

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