Los familiares de Roberto R., paciente que falleció en el Hospital Ruiz de Alda de Granada después de varias horas de espera por un infarto que no se le diagnosticó, recibirán una indemnización de 104.665 euros del Servicio Andaluz de Salud (SAS), según una sentencia, que recoge que los profesionales médicos que lo atendieron creyeron que se trataba de una gastritis.
Esta vez, «como en otras muchas «, el problema reside en que «se deja las urgencias en manos de médicos residentes, lo que a la postre cuesta vidas humanas y les sale más caro a los servicios sanitarios», aseguró al respecto la presidenta de la Asociación de Víctimas de Negligencias Sanitarias (Avinesa), que se ha encargado de llevar este caso.