Expertos de 60 países reunidos la semana pasada en Barcelona en un encuentro organizado por la Sociedad Española de Fitoterapia (Sefit) y la Sociedad para la Investigación de Plantas Medicinales Internacional, reclamaron más ensayos sobre la eficacia de los productos naturales y su seguridad (efectos adversos o contraindicaciones) antes de autorizar su venta, de modo que los fitoproductos se equiparen a los medicamentos. Así, pasarían a venderse exclusivamente en farmacias, arruinando a los herbolarios. Estos especialistas aseguran que no quieren dar al traste con estos negocios. Según ellos, las plantas de uso tradicional pueden venderse en estos establecimientos, comprarse desecadas o trituradas y consumirse en infusiones. Pero ellos apuestan por los preparados envasados de plantas, ya que permiten estudiar mejor su eficacia y seguridad, mejorar el uso con dosis ajustadas y garantizar los contenidos.
Los fitoterapeutas afirman que con un mayor control de los productos herbales a la venta, se podría ampliar su indicación para todas las enfermedades, puesto que ahora las plantas sólo se recomiendan para dolencias leves o moderadas y sus preparados no pueden llevar indicaciones terapéuticas, algo reservado a los medicamentos, que deben pasar varias fases de ensayo.
Asimismo, exigen un etiquetado que diferencie los productos herbales de los complementos dietéticos. Esto permitiría terminar con la práctica habitual de colocar en el mercado medicamentos disfrazados de productos naturales para evitar el proceso de ensayo y registro que exigen los fármacos.
En España, el 35% de los productos herbales se venden en farmacias y el resto en herbolarios y parafarmacias. Los farmacéuticos piden que estos productos sólo puedan venderse en sus establecimientos teniendo en cuenta los riesgos para la salud que algunos de ellos pueden implicar.
Los herboristas, por su parte, señalan que no hay inseguridad en los productos que venden, y añaden que las retiradas de productos naturales que hace el Ministerio de Sanidad obedecen, en la mayoría de los casos, a problemas de etiquetaje y no a un riesgo para la salud.
Otra de las reclamaciones de los fitoterapeutas es que se incluyan asignaturas de fitoterapia en los estudios de Medicina. De esta forma, los médicos tendrían conocimientos sobre plantas medicinales para poder recetarlas como recurso terapéutico y se abriría además la puerta para que la sanidad pública costeara estos tratamientos.