Los geriatras calculan que casi la mitad de los mayores de 65 años experimenta síntomas depresivos en algún momento

Entre los desencadenantes, la jubilación, la falta de reconocimiento y la inseguridad
Por EROSKI Consumer 7 de octubre de 2003

El 45 por ciento de las personas mayores de 65 años sufrirá en algún momento síntomas depresivos y más de una cuarta parte de los mismos padecerá además ansiedad. Esta es una de las conclusiones del simposio «Abordaje de los trastornos depresivo-ansiosos en pacientes mayores», patrocinado por los laboratorios Wyeth en el marco del XXV Congreso Nacional de la Sociedad Española de Medicina General (SEMERGEN).

La presencia de trastornos depresivos y ansiosos en las personas mayores aumenta el riesgo de muerte prematura por incremento de enfermedades somáticas y disminución de defensas. Esta circunstancia, apuntan los expertos, disminuye de forma notable su calidad de vida, empeora sus rendimientos e incrementa el riesgo de suicidio y el uso «desproporcionado» de los servicios médicos.

Por otra parte, en este sector de la población hay una serie de factores biológicos y psico-sociales determinantes, que favorecen la aparición de la depresión y la ansiedad. Entre otros, hay «factores genéticos, cambios bioquímicos cerebrales, enfermedades crónicas, limitaciones psico-físicas y trastornos somáticos», explica el doctor Angel Moríñigo, psicogeriatra del Área Sanitaria del Hospital Universitario Valme de Sevilla.

Como factores psico-sociales que pueden afectar a estas personas y desencadenar la enfermedad destacan la jubilación, la falta de reconocimiento social (puesto que en muchas ocasiones se sienten como una carga para la familia y ya no se sienten útiles), la dependencia, la falta de autoestima y la inseguridad, entre otros.

Sin embargo, en las personas mayores en ocasiones se confunden los trastornos depresivos y/o ansiosos con el envejecimiento normal, el duelo por la persona querida, demencias, trastornos de personalidad. Los expertos advierten de que la depresión se produce cuando el episodio se prolonga durante al menos dos años desde su inicio. Es más probable que una depresión se cronifique cuando hay peores tasas de remisión, un mayor número de recaídas y recurrencias y cuando la duración del tratamiento antidepresivo no es la adecuada.

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