Los médicos aconsejan tener la miopía estabilizada antes de someterse a la cirugía con láser

Las infecciones oculares y las imperfecciones en la visión nocturna son los problemas más comunes tras la operación
Por EROSKI Consumer 22 de septiembre de 2002

La operación apenas dura unos minutos y los expertos garantizan la visión normal en tan sólo 48 horas. Es casi un milagro de la ciencia que corrige por completo el 95 por ciento de los casos de miopía, hipermetropía y astigmatismo y que se produce gracias a la cirugía refractiva aplicada con la técnica lasik del método Eximer.

Sin embargo, no todos los pacientes son aptos para someterse a este tipo de intervención quirúrgica. La estabilización de las dioptrías en el individuo, siempre mayor de los 21 años, debe estar fija durante al menos 12 meses, según las recomendaciones de los expertos. Luego, una serie de pruebas médicas determinarán si la persona es óptima para ser operada.

En los análisis previos, los cirujanos oculares han de medir las distintas dioptrías, el espesor de la córnea y la zona óptica y el diámetro de la pupila. «Son desaconsejables las intervenciones con láser en miopes con más de 12 dioptrías y en personas que tienen más de 6 dioptrías de hipermetropía o astigmatismo», advierte el doctor Francisco Montañez Rittwagen. Las córneas deben tener un espesor normal (entre 500 y 600 micras) y la zona óptica ha de oscilar entre un mínimo de 6 y 6,5 milímetros de diámetro de tratamiento.

A pesar de que con las nuevas técnicas los riesgos que se corren en la cirugía con láser son «mínimos», existen casos (1 por cada 1.000) en los que aparecen complicaciones postoperatorias. «La infección podría ocurrir», admite César Villa Collar, oftalmólogo; por eso, recomienda a sus pacientes evitar lugares con saturación de polvo y humo.

«Estas pequeñas infecciones pueden ocurrir en las 48 horas posteriores a la intervención y, a lo sumo, derivar en una pequeña conjuntivitis sin importancia», aclara Villa Collar, quien añade la existencia de otras complicaciones como las hipercorrecciones (corrección de más) y las hipocorrecciones (la graduación se queda corta) que aparecerían a los dos o tres meses de la intervención quirúrgica.

El oftalmólogo sitúa entre el 2 y el 3 por ciento las personas que tras operarse de menos de 5 dioptrías han sufrido este tipo de complicación. Si las dioptrías operadas son más de 5, el porcentaje se sitúa entre el 6 y el 7 por ciento.

No obstante, «este tipo de problemas leves se corrigen con otra intervención que supone un retratamiento», explica el doctor Rittwagen, quien destaca que «las pupilas que se dilatan mucho por la noche no se deben operar porque provocan deslumbramientos en la visión nocturna»; es decir, una pequeña aberración ocular que se manifiesta como halos de luz alrededor de un punto.

Susana Marcos, investigadora del Instituto de Óptica del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), en un reciente estudio sobre las aberraciones oculares que presentaban algunos pacientes antes y después de someterse a una operación refractiva Lasik concluyó que la técnica para eliminar la miopía induce al aumento de «otras imperfecciones del ojo». Casi todo el mundo tiene aberraciones en pequeños grados que no se miden normalmente y que al modificar la córnea pueden aumentar. Estas imperfecciones (halos de luz, visión doble, imágenes fantasmas…) se ven incrementadas en función del número de dioptrías operadas. Cuanta más miopía, más aberración. Además, en las pupilas grandes y tras la intervención se reduce el contraste de la visión.

Según la investigadora, estas aberraciones no desaparecen con el tiempo, sino que se produce un proceso de adaptación del cerebro, igual al que se produce cuando el paciente se acostumbra a ver con unas gafas nuevas.

Este tipo de aberraciones -comunes en todo el mundo, pero que pueden incrementarse en algunas personas con una operación refractiva Lasik- a pesar de que no son corregibles con gafas, no dificultan la vida normal de los pacientes operados, aunque algunos opten, por ejemplo, por dejar de conducir por las noches.

De hecho, según una normativa de Tráfico, los conductores operados de miopía, hipermetropía o astigmatismo deben volver a pasar un control médico a los seis meses y someterse a revisiones anuales.

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