Un nuevo láser permite operar las cataratas de forma automática

Es el primer avance en este tipo de cirugía desde 1967
Por EROSKI Consumer 22 de enero de 2012

El nuevo láser de femtosegundos permite que la mayoría de los pasos de la cirugía de cataratas se realicen de forma automática, sin depender de la pericia del cirujano, según los últimos resultados presentados en el XLIV Congreso de la Sociedad Andaluza de Oftalmología (SAO), celebrado en Granada.

Es el primer avance en cirugía de cataratas desde 1967, cuando apareció la facoemulsificación por ultrasonidos, y según el doctor Laureano Álvarez-Rementería, presente en este congreso y uno de los primeros oftalmólogos españoles en utilizarla, «acabará por sustituirla» ya que es «más segura y eficaz».

En la técnica con ultrasonidos todos los pasos son manuales, como las incisiones corneales, la incisión circular de la cápsula que envuelve a la catarata, la fragmentación del cristalino para su extracción o la introducción de una lente, por lo que «los resultados pueden variar», explica el doctor. En cambio, este láser no daña ninguna célula adyacente, ya que «gran parte de la intervención es guiada de forma automática y precisa por el ordenador en tiempo real», añade. Lo que hace es escanear el cristalino en su superficie y en su interior y, a través de ondas infrarrojas, y en millonésimas de segundo, crea una burbuja de aire que separa las moléculas del cristalino sin cortar ni quemar ningún tejido.

Se reduce así la posibilidad de que la lente no esté centrada por completo, «como ocurre en muchas personas intervenidas con la técnica convencional, lo que ocasiona halos o manchas en la visión», confiesa. Diversos estudios realizados a dos y tres años con esta técnica en la Universidad Semmelweis de Budapest (Hungría) han demostrado que el centrado de la lente es mucho más preciso con el láser de femtosegundos y que «los pacientes experimentan una mejoría notable de la agudeza visual».

Otra de las ventajas de la intervención con el nuevo láser, según el doctor Álvarez-Rementería, es que es indolora, de corta duración (unos 15-20 minutos) y la recuperación mucho más rápida que con el procedimiento anterior. «El paciente se va a casa con la visión borrosa, pero la recuperación visual no es en días sino en horas», asegura.

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