Cambiarse el color de ojos por medio de unas lentillas de colores se ha convertido en una práctica muy habitual entre los jóvenes y adolescentes de hoy en día. Sin embargo, está moda puede resultar peligrosa si previamente no se ha acudido a un especialista, tal y como advierten algunos oftalmólogos en las páginas de la revista «Eye and Contact Lens».
Dwight Cavanagh, vicepresidente de Oftalmología del Centro Médico UT en Dallas (EE.UU.), señala en la publicación que el uso de estas lentes sin haber acudido previamente al especialista puede producir inflamación de los ojos, irritación, infecciones y pérdida progresiva de la visión hasta llegar, en casos extremos, a la ceguera.
No obstante, Cavanagh precisa que si se consulta al oftalmólogo o al optometrista, ellos elegirán las lentes de contacto más apropiadas para los ojos de cada paciente y, además, le enseñarán a ponérselas y a limpiarlas para evitar problemas posteriores.
Los expertos apuntan que el riesgo de padecer una úlcera de córnea entre los usuarios de lentillas de colores es de uno entre 2.500 para los que las llevan diariamente por prescripción médica y de uno entre 500 para aquellas personas que duermen con las lentes de contacto puestas. Pero este riesgo es mucho mayor entre la gente que usa las lentillas por cuenta propia, sin haberse hecho una revisión oftalmológica.
Cavanagh recuerda que recientemente, en Estados Unidos, la agencia encargada de regular los fármacos y los alimentos, la FDA, ha prohibido la venta de lentillas de colores sin receta médica, lo que ha originado una gran polémica.
Los partidarios de usar estas lentillas sin receta consideran que la prescripción médica debería limitarse únicamente a las lentillas que sirven para corregir la visión, pero no a aquellas que se usan únicamente por estética. Por el contrario, los oftalmólogos, a favor de la receta, creen que es necesario regular la venta de estos productos debido a los daños que pueden provocar en los ojos.
