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Errores más frecuentes en el uso de las lentes de fantasía
El Consejo General de Colegios de Ópticos-Optometristas (CGCOO) enumera los fallos más habituales al utilizar las lentillas de fantasía:
- Comprarlas en tiendas no autorizadas, como bazares, centros de estética o Internet.
- Compartirlas entre amigos o familiares.
- Dormir con ellas puestas.
- Superar el tiempo de uso recomendado por el fabricante.
- Manipularlas sin la higiene adecuada, por ejemplo, sin lavarse previamente las manos o, si se caen al suelo, limpiarlas con saliva.
Estos malos hábitos, sumados al desconocimiento de la correcta utilización de este tipo de lentes de contacto, son una combinación peligrosa para la salud ocular.
¿Qué pasa si uso mal las lentillas de fantasía?
Llevar una lente no adaptada puede generar microlesiones, pequeñas úlceras o incluso infecciones severas. “El problema, básicamente, está en la manipulación de estas lentes sin que haya habido un asesoramiento y una prescripción. Estás eliminando de la ecuación la participación del profesional, que es quien debe darte los consejos de uso para evitar complicaciones”, advierte Gonzalo Carracedo, catedrático en la Facultad de Óptica y Optometría de la Universidad Complutense de Madrid (UCM) y portavoz del CGCOO.

El uso de lentes cosméticas sin receta ni adaptación individualizada puede provocar:
👉 Erosiones o lesiones mecánicas
Muchas lentes cosméticas están fabricadas con materiales de menor calidad o no respetan las curvaturas necesarias para cada tipo de ojo. Esto puede provocar microerosiones en la superficie ocular, sensación de cuerpo extraño constante, lagrimeo o incluso abrasiones más serias.
👉 Infecciones oculares graves
Las lentes mal adaptadas, manipuladas sin la higiene adecuada o compartidas entre personas pueden convertirse en un foco de bacterias, hongos o amebas. Esto puede derivar en infecciones como la queratitis, una inflamación dolorosa de la córnea que, si no se trata a tiempo, puede dejar secuelas permanentes.
👉 Úlceras corneales
Las lesiones en la córnea pueden ser consecuencia directa de una infección o del roce continuo de una lente que no se ajusta correctamente al ojo. Estas no solo causan dolor intenso y fotofobia, sino que también pueden dejar cicatrices que afecten a la visión de forma irreversible.
👉 Pérdida de visión
En los casos más graves, cuando una infección o una lesión no se detecta o trata a tiempo, el daño a la córnea puede derivar en una pérdida de agudeza visual permanente.
El problema fundamental, según los profesionales, es que la población desconoce que se trata de un producto sanitario. “Al no percibirlo como un dispositivo médico, muchos lo tratan como un simple artículo de maquillaje: nadie sabe que debe limpiarlas, desinfectarlas o que no se deben guardar en un vaso con agua ni lavarlas con saliva”, explica el catedrático.
A pesar de todo esto, no hay que demonizar la lente cosmética. “Si estuviera bien adaptada, controlada y con seguimiento, no habría riesgo. El problema es que se banaliza su uso y se ve como algo inocuo. No lo es”, concluye el experto.


