Los ministros de Sanidad de los países miembros se comprometieron ayer en Bruselas a garantizar el acceso de los inmigrantes, estén o no en situación regular, a los sistemas sanitarios públicos de la Unión Europea (UE).
Los responsables sanitarios citaron la especial atención que precisan las mujeres y los niños, los enfermos mentales y los trabajadores inmigrantes, cuya situación se comprometieron a proteger de manera especial por el «alto riesgo» derivado de sus condiciones de vida y de los trabajos que a menudo desempeñan.
El acceso de los inmigrantes irregulares a la sanidad pública, pese a estar garantizado por el sistema sanitario español y otros, sigue siendo problemático. Un reciente estudio de Médicos del Mundo denunciaba que pese a que el 78% de los «sin papeles» puede dirigirse a cualquier hospital público del país en el que se encuentre, tan sólo se benefician de este derecho el 28%.
El desconocimiento y el miedo a la repatriación son los factores que explican que muchos inmigrantes no acudan a los servicios de salud cuando se encuentran enfermos.