Los turistas no son conscientes de las enfermedades infecciosas al viajar a zonas de riesgo

Un 60% de los viajeros no toma precauciones ante posibles contagios
Por EROSKI Consumer 18 de mayo de 2002

Una de las consecuencias menos controvertidas de la globalización es la del turismo internacional. No en vano, cada semana un millón de viajeros traspasan las fronteras que dividen los países ricos de los pobres, exponiéndose a condiciones sanitarias muy precarias. Muchas veces el turista no es consciente de los riesgos que comporta visitar zonas donde es relativamente fácil contraer enfermedades infecciosas, como las hepatitis A y B, la malaria o la fiebre amarilla.

Según una encuesta presentada en el III Congreso Europeo de Medicina del Viajero, que se celebra en Florencia, un 60% de las personas que se desplazaron a naciones en vías de desarrollo no estaban protegidas contra la hepatitis A.

Un trabajo realizado por el European Travel Health Adivisory Board, con una muestra de 600 viajeros de aeropuertos del Reino Unido, Alemania y Francia que se dirigían a naciones de riesgo, arroja conclusiones inquietantes. Un 40% decía que no tenía previsto evitar el consumo de agua corriente y apenas un 20% confesaba haber tomado medidas preventivas como pelar la fruta fresca o cocinar los alimentos. Por añadidura, un 80% declaraba que en el punto de destino se disponía a nadar en el mar, cuando el virus de la hepatitis A puede sobrevivir en el agua marina durante varias semanas si está contaminada.

Si el viajero ha estado expuesto a un posible contagio por paludismo o malaria, es imprescindible una profilaxis posterior, ya que no todas las enfermedades se manifiestan de inmediato.

Según José María Bayas, del Centro de Vacunación de Adultos del Hospital Clínic de Barcelona, es conveniente que el viajero acuda al médico al menos con un mes de antelación antes de desplazarse a un país de riesgo. «A veces las vacunas producen efectos adversos y, además, hay que administrar varias dosis de diferentes vacunas», aduce Bayas, quien recalca la importancia de que cada persona tenga siempre a mano su carné de vacunación. «Es una documentación valiosísima». La conveniencia de acudir a la consulta antes de tener listas las maletas estriba en que es necesario que pase un cierto tiempo para que el organismo responda a la inmunización.

En el caso de la hepatitis A, una enfermedad que se puede prevenir mediante la vacunación, sólo uno de cada siete viajeros que tienen riesgo de adquirirla toma medidas adecuadas para protegerse del contagio, a pesar de que 1,5 millones de personas contraen la dolencia cada año en el mundo.

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