¿En qué consiste la maloclusión dental?
Esta patología hace referencia a cualquier grado de contacto irregular de los dientes de la mandíbula superior con los de la mandíbula inferior. Esta falta de alineación puede manifestarse de diversas maneras, como dientes superpuestos, apiñados o separados en exceso, así como una mordida anormal, ya sea sobremordida (dientes superiores que cubren demasiado los inferiores), submordida (dientes inferiores que cubren demasiado los superiores) o mordida cruzada (dientes superiores e inferiores no encajan correctamente al cerrar la boca).
¿Por qué se produce?
Puede ser de origen genético, hereditario o adquirido. Los factores genéticos predisponen, pero también pueden influir hábitos y comportamientos que desarrollamos desde la infancia. Es por esto por lo que desde la SEdO siempre insistimos en que se debe llevar a los niños al ortodoncista desde una edad temprana, de forma que podamos detectar cuanto antes este tipo de problemas y ponerles solución a tiempo.
¿Qué hábitos infantiles pueden producir alteraciones en el crecimiento de los dientes?
Algunos hábitos infantiles como chuparse el dedo, usar chupete, abusar del biberón o respirar por la boca pueden alterar el desarrollo de los dientes y la mandíbula. Estos comportamientos prolongados pueden ejercer presión sobre los dientes y afectar su posición y crecimiento normal.
Entonces, ¿es solo una patología infantil?
No, la maloclusión puede manifestarse en cualquier edad, pero es más común en la niñez y la adolescencia cuando los dientes y la mandíbula están en desarrollo.
¿Qué síntomas indican que un niño o niña padece maloclusión?
Los síntomas pueden incluir dificultades para morder y masticar, problemas al cerrar la boca, respiración bucal, chasquidos en la mandíbula, dolores de cabeza frecuentes y dientes que no encajan correctamente. Ante cualquiera de estos signos, es fundamental acudir con el niño a un profesional para que este pueda realizar una revisión y detectar posibles problemas de alineación o apiñamiento. Un diagnóstico a tiempo no solo permite solucionar el problema antes, también puede evitar complicaciones y, por tanto, reducir las molestias para el niño y, también, el coste final del tratamiento.
¿Se puede prevenir?
La prevención parte de que hay que llevar a los niños a revisión con un ortodoncista a los cinco o seis años, pues es cuando están naciendo los primeros dientes definitivos y, por tanto, es un momento importante para detectar si existe alguna anomalía en la erupción de los dientes o en el crecimiento de los maxilares.
¿Qué consecuencias puede tener en la salud de los niños?
Pueden afectar la función de masticación, el habla y la estética facial. Además, pueden aumentar el riesgo de traumatismos dentales y problemas periodontales a largo plazo. Y es que siempre insisto en que una sonrisa bien alineada es mucho más que una cuestión estética, puede afectar a diferentes aspectos de nuestra vida que ni siquiera imaginamos, como la digestión, la respiración e, incluso, el sueño. Por eso me gusta recordar que la ortodoncia es salud.
¿Hay relación entre las caries dentales y las maloclusiones?
Sí, aunque a algunas personas les pueda parecer extraño, existe una relación entre las maloclusiones y una mayor aparición de caries dentales. Y es que estas patologías pueden dificultar el llevar una higiene bucal adecuada, lo que aumenta el riesgo de caries y enfermedades periodontales. Los dientes apiñados o mal alineados son más difíciles de limpiar.
¿Qué tratamientos existen?
Los tratamientos varían según el tipo y la gravedad de la maloclusión, pero pueden incluir el uso de aparatos ortopédicos, ortodoncia fija o removible, y cirugía ortognática en casos más severos.
¿Y si no se trata a tiempo?
Si no se tratan a tiempo y de forma correcta, con la planificación y supervisión de un profesional, las maloclusiones pueden empeorar y requerir tratamientos más complejos en el futuro. Además, pueden causar molestias y afectar la autoestima del niño.
¿Os consta que ha aumentado el número de pacientes en los últimos años?
Sí, hemos observado un aumento en la demanda de tratamiento ortodóntico en los últimos años. Esto puede atribuirse a una mayor conciencia de la importancia de la salud bucodental y a una mayor accesibilidad a la atención ortodóntica.
¿Qué recomienda para mantener unos dientes sanos?
Es esencial mantener una buena higiene bucal, realizar visitas regulares al dentista y al ortodoncista, corregir hábitos perjudiciales temprano y estar atentos a los signos de maloclusión. La detección y el tratamiento tempranos son clave para una salud bucodental óptima.