Más de 160.000 personas apoyan una iniciativa contra la venta de medicamentos en grandes superficies

La iniciativa quiere que los medicamentos sigan considerándose "bienes de interés universal" y no productos de consumo
Por EROSKI Consumer 1 de marzo de 2001

Un total de 163.500 personas han apoyado hasta el momento una iniciativa legislativa popular para mantener el actual modelo mediterráneo de farmacia y evitar que el Gobierno permita la dispensación de medicamentos en grandes superficies. Bajo la denominación «Principios básicos de ordenación del medicamento», esta iniciativa quiere conseguir que el medicamento siga considerándose «un bien esencial de interés universal» y no un producto de consumo, por lo que aboga por el establecimiento de «estrictas medidas de regulación» para impedir «crecimientos del consumo derivados de medidas de promoción publicitaria o de la explotación de las rentas de localización de determinados establecimientos».

De esta forma la propuesta prohibe en su articulado la dispensación de «medicamentos y productos farmaceútico-sanitarios» fuera de oficinas de farmacia, la propiedad de una oficina de farmacia a través de personas jurídicas y que un farmacéutico pueda ser propietario o copropietario de más de una botica. Desde el colegio de farmaceúticos de Valencia, principal promotor de la iniciativa, señalan que «se trata de evitar la imposición en España del modelo anglosajón de farmacia, lo que a su juicio supondría el cierre de muchas boticas y la desaparición de la carrera de farmacéutico, al sustituirse en la dispensación el criterio sanitario por el económico».

Asimismo destacan que se persigue prohibir «cualquier tipo de publicidad individual relacionada con la ubicación de las farmacias» y aboga porque todas las farmacias de una misma zona tengan «los mismos horarios fijos y obligatorios, fuera de los cuales el servicio farmacéutico se prestará exclusivamente por las oficinas en turno de guardia o urgencia».

Por último también explican que esta actividad no sería buena para el ciudadano ni aunque estuviera al frente de la dispensación un licenciado en Farmacia, ya que éste tendría «mentalidad económica» y no sanitaria, como ocurre en la actualidad. «No vemos el medicamento como algo para ganar dinero», señalan. Como ejemplo, citan el modelo de farmacia vigente en Estados Unidos, donde los medicamentos son «diez veces más caros» y donde hay el mismo número de boticas que en España pese a las enormes diferencias demográficas entre ambos países.

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