Pisos de acogida y alojamientos alternativos para personas con cáncer

La Asociación Española Contra el Cáncer gestiona una red de alojamientos y pisos de acogida para pacientes que no pueden recibir tratamiento en su localidad de residencia habitual y necesitan desplazarse a otra provincia
Por Asociación Contra el Cáncer – Sede Bizkaia 10 de julio de 2022
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Imagen: iStock
No todas las personas con cáncer pueden tratarse en su ciudad de residencia. En muchas ocasiones, los tratamientos, pruebas complementarias, consultas o revisiones se realizan en un hospital en otra provincia o comunidad. Esto supone dos problemas para las familias: tener que gestionar el desplazamiento y tener que costearlo. Según el informe ‘Impacto del cáncer en España‘ de la Asociación Española Contra el Cáncer, el 10 % de las personas con cáncer, en 2021, tenían una situación de vulnerabilidad socioeconómica en el momento del diagnóstico. Con el objetivo de apoyar a estas familias surgen los pisos y residencias de acogida para pacientes de la asociación.

¿Cuántos alojamientos de este tipo hay?

En la actualidad, entre residencias y pisos de acogida, existen 42 alojamientos de este tipo en 23 ciudades. Están ubicados en municipios con hospitales que incluyen servicios de oncología pediátrica, oncología médica y oncología radioterápica. Además, ocho de las sedes de la AECC cuentan con acuerdos de colaboración con hoteles, apartamentos, etc. para poder cubrir estas necesidades.

Estos pisos y residencias ofrecen no solo alojamiento para personas enfermas y familiares, sino también acceso a atención psicológica especializada en cáncer; atención social; apoyo a través del voluntariado; actividades formativas mediante el apoyo escolar a menores; así como actividades lúdicas y talleres de animación.

Más que un apoyo, una red social

Los pisos no solo suponen una ayuda económica sino también social. Y es que estas residencias no son solo alojamientos, también facilitan la posibilidad de apoyarse en las demás personas que residen en ellas. Quienes padecen cáncer y deben desplazarse lejos de sus ciudades se encuentran fuera de su entorno familiar y su red social de apoyo. Gracias a este servicio de alojamiento se benefician de esa red que generan junto al voluntariado de acompañamiento.

En muchas ocasiones, a la búsqueda de un lugar en el que alojarse, se suma aprender a moverse en una nueva ciudad. Esta es otra de las funciones que desempeña el voluntariado de las residencias, quienes apoyan en los traslados y en el resto de necesidades que surjan durante la estancia. En un primer momento, se trata principalmente de aportar contención emocional, para que tanto pacientes como familiares sientan seguridad.

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Imagen: Asociación Contra el Cáncer

Requisitos principales para acceder a las estancias

Cada caso es diferente. Hay estancias de un día o de dos meses, depende. Ya que si se trata de una recuperación de un trasplante, puede ser una estancia más larga. El objetivo del servicio de acogida es que las personas enfermas puedan recibir de la mejor forma posible el tratamiento que se ajusta a su situación.

Entre las condiciones que hay que cumplir destaca que, en caso de falta de espacio, se prioriza a las familias con menos recursos; también, que la persona enferma siempre debe ir acompañada, salvo que cuente con un justificante médico que certifique su autonomía. En el caso de familias, solo la población menor de edad puede ir acompañada por dos familiares.

El código postal marca diferencia

Estas residencias responden a las inequidades que viven los y las pacientes de cáncer según su código postal. Por ejemplo, en el caso de pacientes que precisan radioterapia, un 6 % del total se ven en la necesidad de cambiar de domicilio para poder asistir a las sesiones. Este porcentaje se eleva hasta un 18 % en Baleares o un 17 % en Canarias. La razón es que este servicio está disponible en todas las provincias salvo en Ávila, Huesca, Palencia, Segovia, Soria, Teruel y las ciudades de Ceuta y Melilla.

Pero no solo se trata de la necesidad de desplazarse, sino también de las desigualdades en las ayudas que reciben o no las personas enfermas según la comunidad autónoma en la que residan. A día de hoy, en ocho comunidades autónomas no se ha revisado la normativa para este tipo de servicios, por lo que las personas que las necesitan carecen de información.

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