San Sebastián acoge el I Congreso Internacional sobre Anestesia

Especialistas de todo el mundo darán un repaso a este campo científico
Por EROSKI Consumer 14 de octubre de 2004

«El anestesiólogo, un especialista con la misión de salvaguardar su bienestar antes, durante y después de la operación». Esta es la definición que hace Carmen Gomar, jefe del Servicio de Anestesiología y Reanimación del Hospital Clínico de Barcelona, del encargado de dejar nuestro cuerpo en bandeja a disposición de los cirujanos. Gomar participa, junto a especialistas de todo el mundo, en el I Congreso Internacional sobre Anestesia, que se inaugura hoy en la ciudad de San Sebastián . En este encuentro se dará un repaso a este campo científico, «abonado por cada uno de los avances de la Medicina, porque el nuestro es un trabajo de estrategas, cuanta más información y recursos tengamos, mucho mayor será nuestro margen de maniobra», asegura esta experta.

La misión del anestesista se hace notar ya en los preparativos; analizan el estado del paciente y lo someten a los cuidados necesarios para dejarlo en una situación previa «ideal». Después, al entrar en acción el cirujano, queda en sus manos mantenerlo con vida y evitar que sienta dolor; y una vez terminada la operación, seguirá a su lado «por si surgen complicaciones y, en todo caso, para mitigar sus molestias».

El protagonismo de estos médicos se ha redoblado al ritmo de las innovaciones tecnológicas, que han reducido el riesgo de mortalidad por aplicación de anestesia general a un caso por cada 10.000, menos de la mitad, por ejemplo, de los fallecimientos en adultos de más de 30 años (2,5) como consecuencia de la varicela.

Ese porcentaje es todavía inevitable y responde a la «hipertermia maligna», desequilibrio metabólico que desencadenan los fármacos y que, según estudios recientes, afecta en mayor número a los varones jóvenes. De todas maneras, el 90% se recupera plenamente, y cuando se realiza un diagnóstico precoz, no hay excepciones trágicas: se llega al 100%.

Informática y factor humano

La informática juega un papel muy importante en su trabajo, «pero el factor humano siempre es lo determinante», aclara la doctora Gomar. La monitorización de las constantes vitales y el suministro de narcóticos por medio de una «bomba de infusión» -con un ordenador incorporado que registra la edad y el peso- no garantizan la estabilidad. Así se explica que los especialistas no bajen nunca la guardia en cinco frentes: electrocardiograma, electroencefalograma, pulsioxímetro -nivel de oxígeno en la sangre-, gasto cardiaco, y concentración en los pulmones de gases anestésicos y dióxido de carbono.

La rapidez de reflejos es decisiva. Menos de tres minutos pueden mediar entre la aparición de una arritmia aguda y la muerte, una cuenta atrás que sólo se detiene cuando se detecta a tiempo un fallo respiratorio, alguna irregularidad en los líquidos o fármacos que se transfunden, o bien una hemorragia masiva. «Salvando las distancias, estas situaciones de emergencia son muy similares a las que superan los pilotos. Tanto, que nosotros también contamos con simuladores de circunstancias peligrosas para ir agudizando el ojo clínico», apunta Antonio Berbiela, responsable del Servicio de Anestesiología del Hospital Donostia. Por fortuna, los imprevistos críticos se resuelven la mayoría de las veces con éxito y no son la tónica general. «Eso sí, todos estamos entrenados para actuar con eficacia en coyunturas de alto riesgo».

En un país en el que, anualmente, se opera al 11% de la población -a partir de los 80 años, se dispara al 30%-, ya no tiene fundamento discriminar a nadie a la puerta del quirófano, a no ser que el deterioro sea muy severo. «Somos capaces de intervenir a fetos, ancianos de más de 100 años o enfermos con 250 kilos…; aunque, claro, el peligro es mayor en estos dos últimos supuestos, por la sencilla razón de que suelen sufrir patologías graves», señala Luis Miguel Torres, responsable del Servicio de Anestesiología del Hospital Puerta del Mar de Cádiz y coordinador del primer tratado sobre su especialidad publicado en castellano.

Combinación de anestesias

Actualmente, los anestesistas ahorran al paciente las tradicionales e insufribles molestias tras una operación de tórax o abdomen, gracias a la combinación de anestesia general y regional. «Esta aplicación simultánea responde a las ventajas de la regional, que, a diferencia de la general, corta de raíz -recalca Gomar- la transmisión del estímulo doloroso al cerebro. La general, sin embargo, no es tan radical; sólo evita que el cerebro procese la sensación que, inevitablemente, le llega a través de los nervios. De ahí que apliquemos también la regional, para que el paciente se resienta menos y pueda volver pronto a la normalidad».

Esa rapidez en la recuperación previene las infecciones, usuales en los ambientes sanitarios, y permite olvidarse de la operación en un tiempo récord: un trasplantado de cadera puede subir y bajar escaleras 24 horas después de una operación con narcosis regional y técnica laparoscópica (minimamente agresiva).

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