Según expertos, la autodonación de sangre resolvería el problema en cirugías programadas

En España sólo el 1 % de las donaciones se destinan a uso propio, frente al 10 % de Estados Unidos o el 8 % de Italia, Francia y Alemania
Por EROSKI Consumer 27 de julio de 2002

La autodonación de sangre es casi una anécdota en España. Mientras en EE.UU. el 10 por ciento de las donaciones se destina a uso propio, y en Francia o Alemania el 8 por ciento, en nuestro país sólo el 1 por ciento de las transfusiones se hace con la sangre del mismo paciente. Los expertos proponen fomentar esta opción.

Las reservas de sangre se mantienen en un delicado equilibrio en el que la demanda gana casi siempre a la oferta. Una de las posibles respuestas es establecer medidas «que nos permitan manejar este preciado líquido de la manera más inteligente y ajustada posible», propone el doctor Antonio García Herce, especialista en Hematología y Hemoterapia del Hospital Miguel Servet, de Zaragoza. Este hematólogo organizó recientemente unas jornadas de Medicina Transfusional Multidisciplinaria y todas las miradas se dirigieron a la autodonación o transfusión autóloga en las intervenciones que puedan programarse, como una fórmula para ahorrar sangre. De este modo, «dejaríamos los bancos de sangre para urgencias y circunstancias especiales», comenta.

Según un estudio realizado en el citado centro sanitario, bastaría con que el 50 por ciento de los pacientes de cirugía programada hicieran autodonación para cubrir el déficit de sangre de toda la Comunidad aragonesa. Además, no sólo se consigue ahorro; el paciente también sale más beneficiado. «Sabemos que hay menos riesgo de sufrir una infección postoperatoria, la estancia media en el hospital se reduce y se ha demostrado que, psicológicamente, resulta más positivo porque no se tiene miedo a contraer ninguna enfermedad infecciosa», dice este especialista.

Pese a ello, en nuestro país sólo el 1 por ciento de las donaciones se destinan a uso propio, frente al 10 por ciento de Estados Unidos o el 8 por ciento de Italia, Francia y Alemania. La legislación española avala la autodonación, pero no siempre todos los enfermos son informados de su existencia. «Sólo los pacientes con una creencia religiosa, como los Testigos de Jehová, reciben en ese sentido mejor trato que un paciente normal», afirma este experto.

Navarra va a la cabeza en autodonación, con un 7 por ciento de media. Su responsable, el doctor Antonio Medarde, recuerda que las personas con unas condiciones mínimas de salud (sin infartos recientes, trombosis o hepatitis B o C) pueden donar sangre previamente.

Es cierto que la autodonación requiere más tiempo y personal, pero a largo plazo puede suponer un ahorro. Por ejemplo, desde abril pasado es obligatorio eliminar todos los leucocitos de las bolsas de sangre donada por la crisis de las «vacas locas». Esta precaución añadida ha incrementado entre 2.000 y 3.000 pesetas el precio final de la bolsa.

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