Según investigadores norteamericanos, dormir boca abajo incrementa el riesgo de muerte súbita infantil

El riesgo se incrementa si el bebe comparte cama con los padres y la madre es fumadora
Por EROSKI Consumer 19 de octubre de 2002

Hasta ahora se trata del estudio más extenso realizado por investigadores de Estados Unidos, sobre el riesgo del síndrome de muerte súbita infantil. Las conclusiones de este trabajo, financiado por los Institutos Nacionales de la Salud y publicadas en el último número de «Pediatrics», no dejan lugar a dudas: dormir boca abajo incrementa el riesgo de muerte en lactantes. En total se estudiaron 260 fallecimientos de neonatos, menores de un año, ocurridas entre los años 1993 y 1996 en Chicago. El 75 por ciento eran niños de raza negra, frente al 13 por ciento de hispanos y el 12 por ciento de caucasianos. Los investigadores relacionan un tercio de estos fallecimientos con el hecho de que los niños durmieran boca abajo.

Hace ya diez años que la Academia Americana de Pediatría recomendó que los lactantes duerman en posición supina, advirtiendo del riesgo que tiene la posición decúbito prono. Pero, como en todo, hay excepciones. En esas recomendaciones se decía que no debían acostar boca abajo a los niños prematuros, con enfermedades respiratorias, reflujo gastroesofágico o malformaciones. En 1994, la Academia recomendó también no utilizar superficies blandas para acostar a los niños, ya que pueden atrapar el aire exhalado, concentrar el dióxido de carbono e influir en el equilibrio de oxígeno que el neonato consume. El periodo de mayor riesgo para el niño es antes de cumplir un año. Concretamente, los especialistas establecen que este peligro es mayor entre los cuatro y los seis meses

Campañas educativas

En el Reino Unido se llevó a cabo una campaña educativa a principios de los noventa, al tenerse constancia de que se había demostrado en una proporción importante de casos que acostar a los niños boca abajo aumentaba la probabilidad de morir por esta causa. Paralelamente se hicieron otras sugerencias como evitar el sobrecalentamiento del niño y evitar los ambientes contaminados con humo de cigarrillos. Todo ello, como recogió la revista «The British Medical Journal», se tradujo en una disminución importante en la incidencia del síndrome. Programas similares se llevaron a cabo en Australia y Nueva Zelanda con resultados parecidos. A finales de los noventa se publicaron otros estudios científicos dirigidos a detectar factores de riesgo asociados con la aparición de casos de muerte súbita. Uno de ellos fue el coordinado por Peter Fleming del Instituto de Salud Infantil en Bristol. Los investigadores realizaron encuestas a la persona a cargo de los niños (generalmente los padres) con diagnóstico de muerte súbita, y por cada caso registrado se seleccionaban cuatro controles. Finalmente, los análisis se realizaron sobre una muestra de 195 casos y 780 controles apareados.Al revisar los resultados se pudo confirmar que la posición al dormir en decúbito prono era la más peligrosa, la cual se traducía en un riesgo hasta nueve veces mayor de morir con respecto a las otras posiciones. También se determinó que el decúbito lateral implicaba una amenaza para el bebé, debido especialmente a que se trata de una postura inestable y con frecuencia los niños pasaban a una posición prona.

Otros factores de riesgo

Otra conducta que incidió desfavorablemente fue la costumbre de compartir la cama con los padres, especialmente cuando la madre fumaba, de tal forma que el riesgo de muerte era 9,25 veces mayor cuando ambos factores se combinaban.

En España se han realizado también diversas investigaciones para estudiar la relación entre la muerte súbita infantil y el hecho de que duerman boca abajo. Uno de los más relevantes fue el realizado por especialistas del Servicio de Pediatría del hospital Virgen del Camino, de Pamplona, dirigidos por el doctor Olivera Olmedo, y publicado en «Anales españoles de pediatría».

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