No todas las molestias intestinales son SIBO, pero sí es un trastorno cada vez más frecuente

Un 60 % de los pacientes en las consultas digestivas se queja de hinchazón y dolor en la parte alta del abdomen. La causa puede ser un exceso de bacterias buenas en el intestino delgado. Diagnosticar y tratarlo no es tan fácil
Por Verónica Palomo 4 de marzo de 2024
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El sobrecrecimiento bacteriano en el intestino delgado (SIBO) no es una dolencia nueva, pero ahora se habla más de él porque las redes sociales se han llenado de influencers contando su caso, autodiagnosticándose o recomendando productos para tratar los síntomas. Por lo tanto, existe mucha desinformación y algunos pacientes, ante la preocupación o desesperación por buscar solución a sus molestias —que no tienen por qué ser SIBO—, recurren a determinadas consultas que les ofrecen la realización de repetitivos test y productos, como probióticos o dietas milagro, siempre bajo pago, sin validez científica alguna. Las molestias digestivas no siempre van a ser SIBO, por ello lo más acertado es acudir al médico digestivo para un diagnóstico correcto.

❌ Es una dolencia inventada

FALSO. Bajo las siglas SIBO (Small Intestine Bacterial Overgrowth) se describe una patología que consiste en un crecimiento anómalo y excesivo de bacterias en el intestino delgado que normalmente están presentes en el grueso. Aunque algunas fuentes hablan de trastorno inventado, las sociedades de gastroenterología europea, australiana y americana han elaborado guías para ayudar a tratar esta enfermedad.

✅ El SIBO tiene muchas causas

VERDADERO. La acumulación de bacterias en el intestino delgado se puede producir por múltiples factores: ciertos alimentos, estrés, abuso de medicamentos, problemas psicológicos, ciertas enfermedades

Estas causas provocan que algunas bacterias que viven en el colon viajen hacia el intestino delgado. Cuando comemos, los alimentos que llegan al intestino delgado fermentan por estas bacterias, lo que produce gran cantidad de gases que provocan dolor, flatulencias e hinchazón. También puede ocasionar diarrea, calambres, náuseas, estreñimiento y, en los casos más severos, una mala absorción de nutrientes.

✅ Es más común en mujeres

VERDADERO. No se sabe muy bien el motivo, pero se ha observado que la mayoría de las personas que sufren esta dolencia son mujeres. En concreto, aquellas con hipotiroidismo no controlado, ya que es una enfermedad que altera la motilidad intestinal, o con altos niveles de estrés.

También se ha comprobado que, aunque puede aparecer a cualquier edad, normalmente se da en personas de edad avanzada que están muy medicadas o en aquellas que han abusado de fármacos como antiácidos, opiáceos, antidepresivos o antibióticos.

✅ Se asocia con otras enfermedades

VERDADERO. Por la experiencia en la práctica clínica y por numerosos estudios realizados, se sabe que en un 79 % de las ocasiones el SIBO aparece conjuntamente con el síndrome de intestino irritable. Otras enfermedades —aunque en menor medida— también están asociadas al SIBO, como la gastritis, la enfermedad celiaca, la diverticulitis, la obesidad, el hígado graso no alcohólico, el hipotiroidismo no controlado, la colitis ulcerosa, la fibromialgia, la enfermedad de Crohn, la insuficiencia renal o el párkinson.

❌ Es fácil de diagnosticar

FALSO. Los síntomas que presenta suelen confundirse con otras patologías, por eso, es necesario hacer unas pruebas específicas para hacer un diagnóstico adecuado. Antes se realizaba un cultivo, que se extraía del intestino mediante una endoscopia, pero ahora la prueba más utilizada en el sistema sanitario es un test de aliento de hidrógeno y metano que mide la concentración bacteriana.

El problema es que estos test pueden dar falsos positivos y negativos, ya que los resultados muchas veces pueden verse alterados por factores como el uso reciente de antibióticos u otros medicamentos como laxantes, una dieta con bastante carbohidratos, fibra y féculas, fumar…

❌ Una dieta rica en fibra reduce los síntomas

FALSO. Las bacterias que habitan el sistema digestivo se alimentan sobre todo de la fibra que comemos, aunque también de los azúcares, proteínas y grasas. Por ello, aunque para una persona sana se recomienda una dieta rica en fibra, para los pacientes con SIBO este tipo de alimentación aumenta los síntomas, ya que genera más gas en el organismo y, en consecuencia, más hinchazón, distensión, dolor y diarrea.

✅ El SIBO solo se trata con antibióticos

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Imagen: JESHOOTS.com

VERDADERO. De momento, los antibióticos son la única cura para el SIBO, por ello hay que tener muy claro el diagnóstico para evitar tratar con estos fármacos un sobrecrecimiento bacteriano que es consecuencia de otra patología que necesita un tratamiento diferente.

Los pacientes que no llevaban mucho tiempo con los síntomas se suelen curar tras un ciclo de antibióticos. Sin embargo, en muchas ocasiones se sufren recaídas y es necesario repetir el ciclo. Para otros pacientes, la enfermedad se vuelve crónica y tienen que convivir con ella, aunque con un estilo de vida sano y una dieta adecuada no tiene por qué suponer una limitación.

✅ Una dieta restrictiva no se puede alargar en el tiempo

VERDADERO. Una dieta baja en FODMAP (carbohidratos fermentables: lácteos, algunas frutas y verduras, panes, cereales, frutos secos y legumbres) o las dietas específicas para el SIBO, que son básicamente bajas en fibra, ayudan a disminuir los gases que causan los síntomas, pero por sí solas no bastan para eliminar el sobrecrecimiento bacteriano. Si se opta por una dieta restrictiva para reducir los síntomas, siempre hay que hacerlo bajo supervisión médica y nunca alargarla demasiado en el tiempo, ya que puede dar lugar a deficiencias nutricionales.

✅ El SIBO puede producir malnutrición

VERDADERO. El crecimiento bacteriano excesivo puede dañar el revestimiento del intestino delgado, lo que provoca inflamación y daños en las vellosidades responsables de la absorción de nutrientes. Además, ciertas bacterias del intestino delgado pueden consumir y utilizar nutrientes destinados a ser absorbidos por nuestro cuerpo, reduciendo así la disponibilidad de estos. Hay pacientes que, para evitar los síntomas, comienzan poco a poco y por su cuenta a dejar de ingerir nutrientes fundamentales. Al final es una combinación de todos estos factores la que puede ocasionar una disminución de la capacidad que tiene nuestro organismo de absorber los nutrientes esenciales, lo que con el tiempo conduce a la desnutrición.

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