Una investigación realizada por el Instituto John Hopkins de EE.UU. ha puesto en alerta a los oncólogos al revelar que niveles altos de testosterona en sangre suponen un incremento del riesgo de padecer el tumor a partir de los 50 años de edad. Por ello, los investigadores han recomendado limitar los tratamientos de terapias de reemplazamiento de la testosterona en personas que tengan más de 50 años, al menos hasta que los nuevos datos de los ensayos clínicos que se están realizando aporten más información.
El estudio se realizó a partir de tres mil muestras de sangre recogidas durante un periodo de 40 años pertenecientes a 759 hombres. De ellos, 111 fueron diagnosticados con este tumor. En la sangre de los afectados se encontró una forma de testosterona, llamada testosterona «libre», que es la que se relaciona con el cáncer de próstata y, además, sin que su presencia estuviese relacionada por la altura de los afectados, su peso o su masa muscular.