Un atlas recoge las principales amenazas y desafíos globales sanitarios

Incluye información sobre las condiciones de salud en las que viven más de 6.000 millones de personas en 200 países
Por EROSKI Consumer 16 de julio de 2008

La sede del Ministerio de Sanidad y Consumo fue el escenario elegido para presentar el Atlas Mundial de la Salud, una guía divulgativa que recoge las principales amenazas y desafíos sanitarios a los que se enfrenta el mundo.

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Imagen: CONSUMER EROSKI

Esta obra, elaborada por las Fundaciones de Educación para la Salud (Fundadeps) y ediciones SM, en colaboración con el Ministerio y la farmacéutica AstraZeneca, ofrece una información actualizada y útil de las condiciones sanitarias en las que viven más de 6.000 millones de personas en 200 países.

En sus 80 páginas se constatan las desigualdades existentes en materia de salud en el mundo, ya que el 93% de la carga global de las enfermedades se concentra en los países menos desarrollados, donde vive el 84% de la población mundial pese a que su gasto sanitario representa sólo el 11% del total.

El atlas cuenta además con mapas del mundo que hacen más comprensible la interpretación de las últimas estadísticas oficiales aportadas por la Organización de Naciones Unidas (ONU), la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Organización de la ONU para la Agricultura y Alimentación (FAO).

El 93% de la carga global de las enfermedades se concentra en los países menos desarrollados
Los responsables de la obra señalaron que no es un libro de texto pero sí un documento de consulta para alumnos y profesores por lo que, además de su puesta a la venta en librerías, 3.000 ejemplares se distribuirán gratuitamente en colegios de toda España.

Tres bloques

Este atlas radiografía la situación actual y futura de la salud mundial en tres grandes bloques. El primero está dedicado a los dispares niveles de desarrollo socieconómico y pobreza en el mundo, lo que incide sobre las condiciones de vida y salud de sus habitantes.

El segundo bloque vincula el consumo de tabaco y alcohol, la hipertensión arterial o la inactividad física con los países desarrollados, mientras que la desnutrición, la carencia de hierro, zinc o vitamina A están asociados a la alta mortalidad en los países en vías de desarrollo.

«La sociedad tiene derecho a saber que la salud para todos está más relacionada con los estilos de vida y el medio ambiente que con la herencia genética y la asistencia sanitaria», dijo la doctora María Sáinz Martín, presidenta de Fundadeps.

Los dispares niveles de desarrollo socieconómico y pobreza inciden sobre las condiciones de vida y salud
Por último, el tercer apartado muestra los principales retos sanitarios que hay que afrontar, entre los que destacan reducir las desigualdades o garantizar el acceso a los medicamentos.

«El mayor reto de la industria farmacéutica es seguir investigando, y contribuir a la mejora de la salud, poniendo al alcance de los pacientes medicinas innovadoras que alivian y curan enfermedades», apuntó Federico Plaza, director general de la Fundación AstraZeneca.

Malos hábitos y factores ambientales

Enfermedades cardiovasculares y respiratorias, cáncer, sida, tuberculosis, diabetes y malaria. Estas patologías son las que más muertes provocan en el mundo. Algunas de ellas, como el cáncer o las cardiovasculares, pueden venir provocadas por la herencia genética, pero en la mayoría de los casos (70%, según el atlas) son causadas por malos hábitos de vida y por factores ambientales adversos.

Las enfermedades de tipo infeccioso se ceban en los países del sur. La malaria, por ejemplo, se cobra cada año un millón de vidas en el mundo, la mayoría niños menores de cinco años que viven en países que se encuentran en vías de desarrollo.

Respecto al sida, el atlas señala que se trata de la infección más extendida y con mayor impacto a nivel global. Apunta que menos de un tercio de los infectados en los países en desarrollo tiene acceso a los medicamentos adecuados para tratar la enfermedad.

El documento también hace referencia a la mala alimentación. En este apartado destaca que mientras las tasas de obesidad y sobrepeso siguen creciendo en los países ricos, en los más desfavorecidos la desnutrición, por la falta de alimentos, hace estragos.

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