Un banco privado de sangre de cordón umbilical recurre ante el Supremo el decreto que regula la actividad de estos centros

Cree que la norma rompe el derecho de libertad de empresa y restringe el derecho de las familias a proteger la salud de los suyos
Por EROSKI Consumer 15 de noviembre de 2006

El decreto aprobado el pasado viernes por el Consejo de Ministros que regula, entre otros aspectos, la actividad de los bancos de sangre de cordón umbilical fue ayer recurrido ante el Tribunal Supremo por uno de estos centros privados, Crio-Cord. Otro banco privado de cordón umbilical, VidaCord, anunció el mismo día que se aprobó el decreto que se reservaba el derecho de presentar un recurso de nulidad contra la norma.

Ese decreto impide «de manera encubierta» los bancos de sangre de cordón umbilical, señaló en un comunicado Crio-Cord, que considera que los requisitos que contiene el decreto hacen imposible la actividad y la puesta en marcha de estos centros privados. El decreto «rompe el derecho de libertad de empresa al prohibir obtener rendimientos a una actividad lícita y restringe el derecho de las familias a proteger la salud de sus hijos y familiares», según la citada empresa.

La nota remitida por este centro también sostiene que la nueva norma «quiebra el principio de voluntariedad de las donaciones al ‘expropiar’ los cordones umbilicales conservados en España». «Es ilógico plantear que una empresa no tenga ánimo de lucro y más ilógico que un ciudadano pague por conservar la sangre del cordón de su hijo sin que ello le garantice que, de necesitarla, podrá disponer de ella en un futuro», aseguró Guillermo Muñoz, director general de Crio-Cord.

Resulta «incongruente» que se apruebe la Ley de Reproducción Asistida, que permite la selección de embriones para tratar con sangre de cordón a un hermano, y se prohíba de facto la conservación de esa misma sangre de cordón umbilical, indicó Muñoz. De los 450.000 nacimientos al año que se producen en España, en el 95% de ellos los cordones umbilicales «se tiran a la basura», explicó el responsable de la empresa. Sanidad y Consumo «prefiere que se tiren a que la gente los conserve, cuando el potencial futuro de este material es, reconocido por la mayoría de los expertos, enorme», señaló.

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