Un centro de Barcelona recupera a jóvenes con anorexia aplicando una terapia basada en el teatro

Mediante ejercicios de interpretación, este tratamiento incide en las dificultades de cada enfermo
Por EROSKI Consumer 3 de enero de 2003

El Centro Alba, situado en la ciudad de Barcelona, recupera a jóvenes con anorexia aplicando la terapia del teatro. Este tratamiento es una nueva forma para afrontar enfermedades como la anorexia y la bulimia. «Hay muchas pacientes que se recuperan a través de esta técnica», afirma Màrius Hernández, coordinador de esta actividad.

Mediante ejercicios de interpretación, esta terapia incide en las dificultades de cada persona anoréxica, como determinadas fobias, la emoción o el miedo, sensaciones que la misma enfermedad le impide demostrar. «La mayoría de afectados por los trastornos de alimentación no saben expresar la alegría, la tristeza o la empatía», señala Hernández.

El teatro terapia hace trabajar el sentido del ridículo, la vergüenza e incluso el sentido del humor. «El teatro es un espacio cerrado en el que las pacientes se enfrentan con el escenario durante una o dos horas y en el que descubren su autoestima y aprenden a aceptarse», apunta este experto.

De todos modos, el coordinador del centro precisa que esta terapia no se aplica de forma independiente sino combinada con otro tipo de tratamientos, como las sesiones de grupo o las entrevistas personales. El tiempo de recuperación «es muy difícil cuantificarlo», ya que «depende de cada persona, hay algunas que se recuperan en medio año y otras en un año».

Una de las técnicas utilizadas por el centro para enfrentar a los enfermos de anorexia con sus dificultades es darles papeles totalmente opuestos a ellos. «De esta forma pueden aprender de sus personajes. El objetivo es que piensen: si hago este papel y el personaje se siente bien, ¿por qué no aplicarlo?», explica Hernández. «La distancia entre uno mismo y el personaje ayuda a ver cómo se comporta uno mismo y a sacar de los personajes actitudes positivas», añade.

En su opinión, este nuevo tratamiento ayuda a la persona anoréxica «a ser más empática y a entender más el comportamiento de la gente». A su entender, estos enfermos suelen ser personas «muy estrictas, cuadradas, rígidas y perfeccionistas, y el teatro les ayuda a liberarse, dejarse ir e incluso descolocarlas, ya que el mundo teatral te obliga a ser muy desestructurado».

El actor pone un ejemplo de ensayo con anoréxicas centrado en cómo comportarse y colocarse en una entrevista de trabajo. Hernández plantea el tema haciendo que una persona sea el entrevistador y otra el entrevistado. «En esta situación se destapan sus tics, que no hacen más que reflejar su inseguridad y baja autoestima. Las jóvenes no paran de tocarse y taparse la cara con el pelo, se colocan de manera fetal y son incapaces de mirarte a los ojos». Hernández considera que este ejercicio es muy eficaz para desarrollar la expresión corporal para que las anoréxicas aprendan a aceptar su cuerpo.

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