Entrevista

Alberto Seoane, psiquiatra y autor de ‘Consigue dejar de fumar con el Doctor Fum’

El 80% de las personas tratadas con reducción gradual asistida consigue dejar de fumar
Por Clara Bassi 28 de enero de 2014
Img alberto seoane hd
Imagen: CONSUMER EROSKI

En la lista de buenos propósitos de cada nuevo año de muchas personas figura dejar de fumar. Hacerlo de manera paulatina resulta más fácil y menos traumático que intentar abandonar el tabaco de golpe. Un método científicamente probado, denominado reducción gradual asistida (RGA) ®, puede contribuir a dejar el hábito de fumar sin que genere un síndrome de abstinencia tan acusado. El cigarrillo electrónico como paso puente o alternativa al convencional es una mala solución, ya que se mantiene un hábito nocivo para la salud, en el que no solo tiene un peso la adicción a la nicotina, sino el factor psicológico: la costumbre de fumar es una “muleta psicológica” que conlleva distintos rituales al día, como fumar después de un café, de hacer el amor o antes de empezar el trabajo. Así lo explica en esta entrevista Alberto Seoane, psiquiatra con una experiencia de 25 años en el tratamiento de adicciones, director del SCA Centre Médic, de Barcelona, y autor de ‘Consigue dejar de fumar con el Doctor Fum’, de la editorial Paidós.

¿Por qué hay personas que se vuelven adictas al tabaco?

Todas las adicciones tienen una parte genética, una herencia. Tiene que existir cierta predisposición genética que hace que haya personas que se vuelvan más adictas que otras al tabaco. A esta predisposición se añade que el tabaco tiene sustancias adictivas.

¿Contiene alguna otra sustancia adictiva además de la nicotina?

Además de la nicotina hay otras sustancias que pueden favorecer la adicción, no porque sean adictivas en sí mismas, sino porque favorecen que esta se absorba más fácil, como el amoniaco. Algunas marcas contienen más amoniaco, y venden más porque son más adictivas que otras.

Tras su dilatada experiencia en tratamientos de deshabituación tabáquica, ¿cuáles diría que son las claves del éxito para abandonar el tabaco?

La clave del éxito para abandonar el tabaco es querer dejar de fumar, en vez de intentar hacerlo de una forma más o menos esporádica. Hay que darse cuenta de que es una adicción, una droga, y de que alternativas como el cigarrillo electrónico no son opciones válidas y no hacen ningún bien a nadie. Hoy en día ya tenemos la clave para llegar al final del proceso: querer dejar de fumar.

En su libro expone el método de la reducción gradual asistida para dejar de fumar. ¿En qué se basa?

En vez de poner una fecha concreta para dejar de fumar y pasar un síndrome de abstinencia, en el tratamiento basado en la reducción gradual asistida se imponen ocho pruebas que se deben superar. En el libro se recogen varios consejos y una aplicación y unas plantillas para dirigir el tratamiento. Primero hay que superar una prueba y, en este caso, se pasa a una segunda. Si no se supera la primera, se repite. También es posible empezar a realizar estas pruebas desde un móvil smartphone.

¿En qué consisten las ocho pruebas?

“La clave del éxito para abandonar el tabaco es querer dejar de fumar, en vez de intentar hacerlo de una forma más o menos esporádica”

En permanecer un determinado tiempo sin fumar. La primera, en estar cuatro horas sin fumar y la segunda, seis horas; y así, se añade tiempo a cada prueba. Si no se supera la primera, se repite hasta que se tenga superada. Por esta razón, el tratamiento se alarga en el tiempo, y no hay una fecha concreta de finalización. Hay que estar preparados para dar el paso si se fuma todo el día y todos los días. No todo se reduce a un problema de la nicotina y las sustancias nocivas que contiene el tabaco, sino al gesto, al hábito de fumar. Fumar es una muleta psicológica: se hace por aburrimiento, mientras se espera, por ansiedad, por tristeza, por irritabilidad, hay quien lo hace cuando empieza un trabajo, después de un café, tras hacer el amor, etc. Todo esto son rituales que hay que cambiar. Hay que aprender a tomarse un café sin fumar, acabar de comer y no fumar. Estos hábitos se han impuesto y aprendido durante años; por ello, este proceso gradual para dejarlos, mediante la opción de superar varias pruebas, es bueno.

¿Cuánto tiempo hay que esperar para realizar la siguiente prueba?

Si se supera la primera, de cuatro horas, se pasa a la segunda, de seis horas; y por norma general, con un día de descanso, para darse un tiempo de reflexión. En esa jornada, entre ambas pruebas, el fumador tiene permiso para fumar. Pero siempre que se hace una prueba, se ofrece un día de descanso.

¿Y por qué este proceso de reducción gradual? ¿Es más efectivo que el abandono drástico del tabaco?

“Es mucho más complicado abandonar el tabaco de golpe que de manera paulatina”

No se ha demostrado que sea más efectivo, pero tampoco que lo sea menos. No obstante, después de muchos años dedicado a las adicciones, he constatado que es mucho más complicado abandonar el tabaco de golpe que de manera paulatina. Si se opta por una reducción acompasada, no hay recaídas, porque en realidad todavía se está en tratamiento y aún no se ha dejado de fumar. Con un abandono drástico, ante una recaída, el fumador tiene la sensación de que ha fracasado. Ante una reincidencia, como el proceso es gradual, lo que se hace es repetir la prueba y seguir con el tratamiento.

¿Este método puede servir para tratar todo tipo de adicciones?

De hecho, sí sirve para otras adicciones. En el caso de drogadicciones, se designa como terapia de reducción de daños, que es cuando se administra metadona y se disminuye la dosis cada semana. Se realiza una reducción gradual y asistida por un psicólogo o psiquiatra, para superar todos los problemas que hay detrás de la adicción. Muchas adicciones se pueden tratar a base de esta reducción gradual asistida.

¿Qué porcentaje de fumadores consigue abandonar el hábito tabáquico con este método?

A partir de la legislación del tabaco aprobada en España, cada vez son más quienes piden ayuda para abandonar el tabaco. Con la reducción gradual asistida se consiguen porcentajes muy altos de éxito: en torno al 80% de las personas tratadas logra dejar de fumar tras seis meses de seguimiento, tiempo en el que ya se puede considerar a una persona exfumadora. Pero más allá no se sabe qué ocurre, porque se les pierde la pista.

Dejar de fumar suele ser uno de los principales propósitos que se hacen muchas personas al comenzar el año. ¿Qué les diría al respecto sobre la importancia de su decisión?

“Muchas adicciones se pueden tratar a base de esta reducción gradual asistida”

Que el mejor propósito que puede hacerse a principios de año, a mitad o al final y la mayor decisión que uno puede tomar para su salud es dejar de fumar. Así se pueden ahorrar muchas enfermedades, aumentar la calidad de vida, aparte del aspecto económico. Pero no hay que consumir ningún cigarro, sino decidirse por un tratamiento, porque fumar solo un poco no sirve a la larga, porque se tiende a consumir lo mismo. Hay muy pocas sustancias adictivas que se puedan utilizar. Porque cuando se usan, se abusa.

Consiguen mayor éxito en su decisión de dejar de fumar las personas que recurren a un programa de apoyo, respecto a las que lo intentan por sí solas.

Sí. Entre las personas que se plantean dejar de fumar como un propósito del nuevo año solo el 2,5% consigue dejar de fumar cuando intenta hacerlo solo, mientras que lo logra más del 80% de los que entran en un programa con ayuda psicológica y farmacológica.

El cigarrillo electrónico no sirve para dejar de fumar

Los cigarrillos electrónicos pueden llevar o no nicotina. Entre ellos, son menos nocivos los que no la llevan. Recurrir a los “e-cigarrillos” implica “imitar el hecho de fumar, pero con un aparato. Por lo tanto, no hay que fomentar esta práctica. Se ha dado el caso de personas adictas a ciertas sustancias por vía parenteral que, en lugar de seguir con ellas, han optado por hacerlo con agua destilada, que sigue siendo una adicción. De modo que lo que hay que abandonar es el hábito de fumar“, según Alberto Seoane.

Si se opta por los cigarrillos electrónicos, “el hábito se mantiene. El fumador acaba consumiendo nicotina de otra manera. Se ahorra el alquitrán, el monóxido de carbono y otras sustancias nocivas del tabaco convencional, pero sigue con la constumbre de fumar y puede acabar fumando cigarrillos convencionales, un hábito más nocivo. No hay que olvidar que el tabaco es una droga, a pesar de que sea la más legal de todas”, recuerda este psiquiatra.

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